La calvicie y una patente argentina. Una historia de éxito

Como se apuntó en una nota reciente en AgendAR, en Argentina hay científicos y se hacen descubrimientos, pero no llegan a patentarse y el conocimiento es aprovechado por otros países. Pero hay excepciones: convertir un descubrimiento científico en un producto exitoso que soluciona un problema global es el sueño de muchos investigadores. Es lo que ocurrió con Eco Hair, una loción para la calvicie desarrollada a partir de una patente del Conicet, y que hoy se exporta a Europa, Oriente medio y América latina.

La historia comenzó cuando investigadores del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (Iquimefa-Conicet), indagaban las propiedades antiinflamatorias y regenerativas de la jarilla, un arbusto silvestre, y detectaron que hacía crecer el cabello en ratones rasurados. El hallazgo podría haber quedado en una publicación científica que solo leen colegas, pero los investigadores decidieron patentarlo.

«Casi por casualidad, me enteré de la investigación y me propuse buscar inversores para llevar este producto al mercado», cuenta Sergio Garré, quien con 20 años de trayectoria en la industria farmacéutica, decidió adquirir la patente en 2010 y montar un laboratorio de producción junto a su socia, Gabriela Guevara.

Y así, tras un año de trámites para obtener el licenciamiento de la patente, que incluyeron la presentación de un detallado plan de negocios, y un año de pruebas clínicas, en 2012 la loción Eco Hair llegó a las góndolas, fabricada por el laboratorio local Garré Guevara. Desde entonces, las ventas crecen en forma sostenida a pesar de la coyuntura y hoy apuntan a exportar. La demanda es inmensa, ya que la alopecía (calvicie) afecta al 50% de la población masculina mayor de 25 años.

Lástima, esta historia de éxito es más una excepción que una regla. Y es más una falla del sector privado, antes que del Estado.

VIALa Nación