El dueño de Amazon ahora va por la Luna

El hombre más rico del mundo de acuerdo a la revista Forbes, Jeff Bezos, fundador de Amazon y de la compañía espacial Blue Origin, dio a conocer un proyecto de vehículo de alunizaje para transportar material, y quizás humanos, antes del 2024.

«Esto es Blue Moon», dijo Bezos en una presentación de prensa en Washington, cuando las cortinas descubrieron la enorme maqueta de una cápsula de alunizaje de varias toneladas, capaz de transportar cuatro pequeños vehículos, «rovers». «Es hora de volver a la luna, esta vez para quedarse», agregó sobre la futura nave espacial, que tendrá casi dos pisos de altura.

El modelo fue diseñado durante los últimos tres años y podrá llevar instrumentos científicos y también rovers para humanos. El objetivo es alunizar en el polo sur del satélite, una región donde se cree hay suficiente hielo recuperable para su uso en la síntesis de combustible y para agua potable. Bezos no dio ninguna fecha para el primer lanzamiento, pero dijo que estaría listo para cumplir con el objetivo marcado por la administración de Donald Trump, que prevé enviar a humanos a la Luna de aquí a 2024. «Podemos ayudar a cumplir ese plazo, pero solamente porque empezamos hace tres años», declaró el director ejecutivo de Amazon.

La empresa Blue Origin, que tiene su sede en Kent, Washington, está desarrollando el cohete New Shepard para viajes de turismo espacial cortos y un cohete de lanzamiento pesado llamado New Glenn para satélites. Su objetivo es entregar el cohete New Glenn para 2021 y un vuelo suborbital con personas a fines de este año. La empresa ya había hablado sobre establecer un puesto lunar. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, pidió en marzo a la NASA que construyera una plataforma espacial en órbita lunar y colocara astronautas en el polo sur de la Luna para 2024, cuatro años antes de lo que se había planeado.

«Me encanta», dijo Bezos sobre el plazo de Pence. «Es lo correcto. Podemos ayudar a cumplir ese calendario».

En AgendAR nos preguntamos cuántos de nuestros lectores recuerdan una novela corta que escribió hace unos 70 años Robert Heinlein «El hombre que vendió la Luna». Pero no sólo magnates estadounidenses conservan esa ambición. La República Popular China también tiene planes para establecer una base permanente allí.

En Argentina nos falta mucho para soñar con estos objetivos. Pero nuestra presencia de más de un siglo en la Antártida -lo más cercano a los desafíos del espacio exterior aquí en la Tierra- muestra que también nuestra gente se establece y trabaja en territorios hostiles. Y si Varotto y sus continuadores construyen el Tronador, si la CONAE sigue trabajando, haremos nuestro aporte a esta gran aventura humana. Las crisis no duran para siempre.

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