Ayer, martes 28 fue un día de anuncios políticos. En las redes sociales, como corresponde a estos tiempos. Sergio Massa y Juan Schiaretti twitearon, con poco tiempo de diferencia entre ellos, los cuatro puntos que acordaron con Miguel Pichetto y Juan Urtubey:
1- AlternativaFederal tendrá candidato propio que surgirá de las PASO.
2- Invitar a todos aquellos que quieran aportar a la construcción de una alternativa al fracaso de Macri.
3- Habrá designación de apoderados de los candidatos para la conformación del frente electoral.
4- Los candidatos a legisladores serán decisión de las provincias y los candidatos a Presidente tendrán la misma lista.
Corresponde que señalemos que el 4° punto está prohibido expresamente por la ley vigente, que no permite las listas «espejo». Cada candidato debe estar en una sola lista. Pero es posible que el gobierno se sienta tentado a modificarla con un decreto. Tema para los jueces.
En cuanto al peronismo, que ya se había adelantado el sábado 18 con un video que anunciaba la fórmula Fernández – Fernández, ayer anunció, con tweets, que la fórmula de gobernador y vicegobernadora para la provincia de Buenos Aires era Axel Kicillof – Verónica Magario.
Todo esto son anuncios. El plazo para inscribir las fórmulas en los juzgados electorales vence el 22 de junio, y en la política argentina muchos candidatos se cayeron en la puerta del juzgado y no volvieron a levantarse. Pero es cierto que una vez lanzadas estas propuestas volver atrás llevaría un costo alto con los futuros votantes.
Igual, hay algo importante que falta. Y no nos referimos a la previsible postulación de Roberto Lavagna apoyado por los socialistas santafesinos y Stolbizer. Estamos pensando en el anuncio que tendrá que hacer Mauricio Macri, claramente decidido a ser el candidato de Cambiemos para su reelección.