Un “seleccionado” de 11 biólogos, bioquímicos, físicos y químicos argentinos se sumaron a la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL), una institución fundada en 1982 a la que pertenecieron los premios Nobel Luis Federico Leloir y César Milstein y que tiene como función “promover y contribuir al avance de las ciencias para brindar soporte al desarrollo y a la integración de la región”. Los científicos de nuestro país representan casi un tercio de los 35 que fueron designados nuevos miembros.
“El objetivo general de la Academia es ser un medio de integración de las comunidades científicas latinoamericanas, basada en la alta calidad de sus integrantes, preferiblemente interesados en los problemas y en las realidades sociales de los países de la región”, afirmó el doctor Claudio Bifano, químico venezolano y presidente de la ACAL.
Los investigadores argentinos incorporados trabajan en distintas áreas de conocimiento y su trayectoria es ampliamente valorada por sus pares. El doctor Alejandro Schinder, presidente de la Fundación Instituto Leloir (FIL), estudia desde hace 20 años los mecanismos celulares y moleculares que regulan el desarrollo, la integración y la función de neuronas nuevas en el hipocampo del cerebro adulto, un proceso vinculado con el aprendizaje y la formación de nuevas memorias a lo largo de la vida.
“Ser nombrado Académico de la ACAL significa una nueva posibilidad de estrechar lazos con colegas de la región para fortalecer las ciencias en Latinoamérica. Particularmente, en un momento tan crítico para nuestro país en que la ciencia no es prioritaria para el Estado, cuando en realidad es el verdadero motor que impulsa las economías del mundo desarrollado”, dijo Schinder quien también es investigador del CONICET y director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal de la FIL.
El doctor José Luis Daniotti, investigador del CONICET y vicedirector del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC) en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, estudia desde hace más de dos décadas el metabolismo de lípidos que contienen azúcares (glicolípidos), los cuales participan en patologías tales como enfermedades autoinmunes y el cáncer.
“Estoy convencido de la extraordinaria capacidad científica de nuestra región y que es imperioso reforzar aún más nuestros lazos para potenciarla”, puntualizó.
La doctora Fernanda Ceriani, nueva integrante de la ACAL, dirige el Laboratorio de Genética del Comportamiento en la FIL, donde estudia procesos moleculares que cumplen un rol clave en el funcionamiento del reloj biológico del cerebro y cuya disfunción podría relacionarse con ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, infecciones y obesidad. “El nombramiento puede ser un vehículo para visibilizar el trabajo de mujeres científicas en Latinoamérica, acción que valoro muy especialmente”, indicó la investigadora del CONICET y ganadora del Premio Nacional L’Oréal-Unesco Por la Mujer en la Ciencia 2011.
Otro de los nuevos miembros es la doctora Rosa Erra-Balsells, jefa del Laboratorio de Fotoquímica y Espectrometría de Masa UV-MALDI en el Centro de Investigación en Hidratos de Carbono (CIHIDECAR), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET. La científica destacó que la técnica con la que trabaja permite el análisis directo de mezclas complejas, y así conocer en detalle a tiempo real, qué le sucede a una planta viva bajo distintas condiciones de cultivo, estudiar bacterias y dilucidar secretos moleculares del cáncer, así como desarrollar protocolos para control de calidad de yerba mate, quesos y otros alimentos y aditivos. “
“Haber sido aceptada por la comunidad académica de la ACAL como un nuevo miembro me produce por un lado agradecimiento y simultáneamente mucha alegría frente a la posibilidad de poder participar activamente y apoyar la concreción de las metas propuestas”, subrayó Erra-Balsells.
El doctor Rafael Calvo, investigador emérito del CONICET en el Instituto de Física del Litoral y profesor honorario de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, realizó durante más de 50 años estudios relacionados con propiedades magnéticas de materiales. “Durante toda mi carrera científica colaboré con investigadores latinoamericanos de varios países y es un honor pertenecer a una institución como la ACAL que tiene como objetivo contribuir con el desarrollo de la región”, afirmó el doctor en física graduado del Instituto Balseiro.
El doctor Néstor Carrillo, jefe del Laboratorio de Estrés en Plantas del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y uno de los organizadores de la primera licenciatura en biotecnología del país, se basa en estudios genéticos para desarrollar cultivos de alto rendimiento resistentes a sequía o heladas. “Es un gran orgullo y alegría ser admitido en la compañía de tantas personas de mi comunidad cultural a las que he admirado y tomado como ejemplo a lo largo de toda mi carrera”, manifestó el también investigador del CONICET.
En un plano más general, Carrillo destacó la posibilidad de contribuir desde una posición de servicio a la consolidación de la actividad científica de su ciudad, su país y de la región. “Siempre me he sentido parte de un gran proyecto orientado a mejorar las condiciones de vida de la gente con la que convivo”, afirmó.
El doctor Teodoro Kaufman es jefe del grupo de Química de Heterociclos en el Instituto de Química Rosario (IQUIR), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario. Allí sigue una línea orientada a la síntesis de productos naturales complejos o análogos relevantes, con aplicaciones potenciales en el control de tumores, infecciones y otras patologías. También trabaja en la síntesis de reguladores del crecimiento vegetal y antifúngicos agrícolas y en el desarrollo de nuevas metodologías para el control de calidad farmacéutico.
“Haber sido designado miembro de la ACAL permitirá mejorar la calidad de mis aportes al cumplimiento de la misión institucional de la Academia, cooperación que actualmente consiste en la formación de recursos humanos de otras nacionalidades, la evaluación de personal, proyectos y documentos para agencias de investigación latinoamericanas”, señaló Kaufman.
El doctor Mario Guido, jefe de grupo en el Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba, estudia los mecanismos bioquímicos y moleculares de detección de luz en la retina interna de animales diurnos y nocturnos y la puesta en hora del reloj biológico y otros procesos influidos por la luz ambiental, los que podrían modularse para (por ejemplo) mejorar la respuesta a la quimioterapia. La designación “es un gran honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad, ya que implica representar de la mejor manera a la ciencia argentina en el ámbito internacional y latinoamericano en particular”, destacó.
Además de contribuir con la construcción de nuevas capacidades científicas en la región y propiciar la formación de jóvenes, “la ACAL se propone generar conciencia sobre la importancia de la ciencia y de los científicos locales para el desarrollo social y productivo de los países latinoamericanos”, indicó Bifano, quien también es profesor titular de la Universidad Central de Venezuela y expresidente de la Sociedad Venezolana de Química.
También fueron integrados a la ACAL otros tres destacados científicos argentinos: los doctores Eduardo Fradkin, del campo de la física, y Alicia Godeas y Andrés Muro, del área de la biología.