El parque eólico más grande del país inaugurado en Santa Cruz. Observaciones

La empresa Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR) inauguró este jueves 13 el Parque Eólico del Bicentenario, de 126 Mw de potencia, que, con una inversión de US$ 200 millones en la localidad santacruceña de Jaramillo, se convierte en el proyecto en operación más grande de Argentina.

El Parque Eólico del Bicentenario (126 MW) fue adjudicado por la Secretaría de Energía a través del Programa RenovAr 1.5 y subirá su generación al Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Cuenta con 35 aerogeneradores Vestas V117 en un predio de 2.455 héctareas, y se anuncia que generará 620.000 MWh al año con los que alimentará de energía renovable a 100.000 hogares y brindará energía a Acindar, a través de un contrato Mercado a Término (Mater).

También se afirma que el proyecto contribuirá a reducir la emisión de 250.000 toneladas de dióxido de carbono por año (en relación al carbono que se calcula emitido en la producción de esa energía en plantas de combustible fósil).

PCR está construyendo otros dos parques eólicos en el partido bonaerense de Tornquist, denominados San Jorge y El Mataco, por un total de 100 Mw cada uno, y adjudicados mediante la Ronda 2 del programa Renovar.

PCR es una empresa de petróleo y gas que opera en la Argentina desde 1921, es la principal productora de cemento en la Patagonia y concentra sus actividades hidrocarburíferas en la Cuenca Neuquina, en la Cuenca Oriental en Ecuador y en la Cuenca Magdalena, en Colombia.

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Desde la puesta en marcha del programa RenovAr,en 2016, la Argentina lleva construidos 12 parques eólicos, por una potencia cercana a los 1000 Mw, y este año deberían ingresar en operación otros 22 parques por 1500 Mw adicionales.

AgendAR ha seguido de cerca este desarrollo en varios artículos, y señaló que está fuertemente subsidiado por el Estado nacional. Atención: esto no es en sí mismo negativo. Es habitual en todos los países desarrollados que los avances técnicos reciban apoyo de sus estados. Hasta la misma Internet tiene su origen en un proyecto militar…

Pero estas cifras informadas por la empresa aparecen, por lo menos exageradas. Nuestro co-editor Daniel Arias adelanta las siguientes observaciones:

«126 MW de capacidad instalada térmico o nuclear darían 1.103.760 MW/h anuales, si no existieran las paradas de mantenimiento. Este parque eólico, suponiendo que el viento en Jaramillo tuviera un factor de disponibilidad del 50% a velocidad óptima para los equipos (12 m/s) debería dar la mitad de tales 1.103.760 MW/h anuales.

«Pero ni en Jaramillo existen esos vientos ni en el mundo hay equipos libres de mantenimiento, y menos aún frente al carácter brutal y arrachado del recurso eólico en Santa Cruz Norte: literalmente tritura molinos extranjeros, incluso los diseñados ad-hoc para vientos fuertes.

«De modo que dudo absolutamente de que este parque vaya a entregar 620.000 MW/h anuales. Supondría vientos con mayor factor de carga considerablemente mayor del 50% (no existen, hay un 51% en Pico Truncado, por ahora un «siting» inigualado). Supondría también equipos que no se rompen ni consumen repuestos (no existen).

«También en esas cifras se esconde la ilusión que el dólar va a seguir lo suficientemente barato para importar repuestos durante los 20 años de vida (teórica) de los molinos, y los consumidores dispuestos a pagar todo ese tiempo precios elevados por los subsidios directos e indirectos a planes de electricidad renovable que no generan empleo, porque todo, salvo ocasionalmente las torres, viene de afuera, y únicamente hay armado nacional de las góndolas en los casos de la turbina Vestas de 3,8 MW en Newsan Campana, pcia. de Buenos Aires, y la Nordex de 3 MW en FAdeA, Córdoba Capital.

«Pero armado no es fabricación de componentes, que son muchos miles y muy sofisticados en cada góndola. Eso viene en desensamblado y en containers sólo en el caso de dos modelos precisos de dos marcas precisas. Las palas, el componente más sofisticado por su fabricación literalmente artesanal y su tamaño gigante, aquí no se fabrican en absoluto. En el mejor de los casos, somos armaderos, en el peor y más extendido, lo único eólico que no importamos es el viento. Gran diferencia con Ceará, estado nordestino de Brasil, que obliga a Vestas a fabricar en suelo propio el 100% de esa misma enorme turbina, la de 3,8 MW. Tiene más fuerza o voluntad negociadora frente a Vestas una provincia brasileña pobre que el estado nacional argentino.

«Una política así puede sostenerse décadas en Dinamarca o en Alemania, porque allí supone diseño, investigación y desarrollo, fábricas y puestos de trabajo permanente para ingenieros y técnicos. ¿Aquí? Creer que esta libre importación apalancada en una maraña de subsidios pueda durar es dudoso. Con respuestos importados, si el dólar se dispara, los parques eólicos se paran, se los comen el óxido, el desuso y la falta de mantenimientos, y a veces los termina derrumbando el viento. Ya sucedió en los ’90».

Si todo esto no cambia, no hay creación de empleo que justifique en el futuro la continuación de los subsidios.

VIADiario Jornada