Referentes de las asociaciones de consumidores alertan sobre los riesgos que supondrá haber autorizado a las empresas de medicina prepaga a limitar los servicios que prestan a sus clientes. Según la resolución publicada esta semana por la Superintendencia de Servicios de Salud, las empresas de medicina prepaga podrán ofrecer planes parciales de cobertura ambulatoria o de internación, lo que equivale a que dejarán de garantizar la cobertura del ciento por ciento de las prestaciones médicas como establece la ley del Programa Médico Obligatorio (PMO), advierten la entidades de consumidores consultadas.
Es un viejo anhelo de estas compañías y una discusión que viene desde 2011, cuando se amplió el alcance del PMO y las prepagas buscaban evitar dar cobertura a lo que se denominan prestaciones de alto valor y baja incidencia (enfermedades costosas de escasa probabilidad de ocurrencia). “Es como contratar un seguro para el auto pero que la compañía te diga que, si el choque es muy grave, no se van a hacer cargo de los daños”, ejemplificó el director de la Unión de Usuarios y Consumidores, Claudio Boada,
Los constantes incrementos ante salarios y jubilaciones que pierden mes a mes contra la inflación llevaron a que la cuota de la medicina prepaga represente actualmente el 28,2% de un salario promedio del sector formal o un 77% de la jubilación media, según estimaciones de la Universidad de Avellaneda. El resultado es que crece el número de clientes que se dan de baja a estos planes. Las prepagas buscan con la limitación de sus servicios contener parte de la fuga de clientes.
“Es una nueva restricción a los derechos a los usuarios que sólo favorece a las empresas de medicina prepaga. Ya los clientes están bastante limitados frente a una Superintendencia que no da respuesta a los abusos por parte de la empresas”, señaló Pedro Busetti, presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco). El directivo de la entidad de consumidores afirmó que “desde 2015 a la fecha desmejoró mucho la atención de las prepagas, según los reclamos que nos llegan, y la respuesta de la Superintentencia de Salud generalmente no es buena y llega tarde”.