En el primer trimestre del año, el producto interno bruto (PIB), registró una caída de 5,8% respecto del mismo período del año anterior. Se registró, además, una contracción del 2% si se lo compara con el cuarto trimestre del año pasado, según los datos que informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
De acuerdo con las estimaciones preliminares del organismo estadístico, la evolución macroeconómica del primer trimestre de 2019 se debió a una caída en la oferta global, medida a precios del año 2004, del 10,3% con respecto al mismo período del año anterior. Esto obedeció a la caída de 5,8% del PIB y la de 24,6% en las importaciones de bienes y servicios.
Esta situación estuvo acompañada por una caída de la misma magnitud, en la demanda global. Se observó una disminución de 24,6% en la inversión (formación bruta de capital fijo); en el consumo privado que se desplomó 10,5% y en el consumo público que fue de sólo 0,2%. Sólo las exportaciones de bienes y servicios reales registraron un crecimiento de 1,7%.
En términos de porcentaje del PBI, las importaciones que representaban el 31,6% del Producto en el primer trimestre del 2018, pasaron a ser el 25,3%. El consumo privado pasó del 79,1% al 75,1% y la inversión, del 21,2% al 16,9% en el mismo lapso. Solo las exportaciones ganaron participación dentro del PBI, al pasar del 20,1% al 21,7%.
Entre los rubros que más vieron reducir sus niveles de inversión, figuraron los equipos de Transporte (56,1%), maquinarias y equipos (31,5%) y Construcciones (-9,9%).
Los sectores más relevantes en la estructura del PBI fueron los que registraron las mayores caídas, con la excepción del campo. El comercio, la industria y la construcción, que tienen mano de obra intensiva mostraron fuertes caídas, en sintonía con los datos de empleo que también se conocieron ayer. En tanto, la intermediación financiera se vio afectada debido a la aceleración de la inflación, ya que se utiliza el índice de precios ( IPC) para deflactar este rubro.
Por el contrario, los mejores desempeños se vieron en la actividad agrícola (7,7% en la comparación interanual) y en la pesca (5,5%).
Según la consultora ACM, que dirige el economista Javier Alvaredo, «oficialmente el país se mantiene en recesión, encadenando cuatro trimestres de crecimiento negativo. Todo parece indicar que la caída de la actividad continuaría de no ser amortiguado lo suficiente por el sector agropecuario y el sector financiero. Una situación que se descuenta, sucederá», consignó en su último informe. Según esta visión, en el año la actividad caería, en torno del 2% respecto del 2018.
La desaceleración de la inflación, según el análisis de la consultora LCG, «podría consolidar un escenario de estabilidad y permitir que las tasas de interés bajen. Sin embargo, hay que estar atentos a la trayectoria del tipo de cambio real, una apreciación excesiva podría alimentar expectativas de un nuevo episodio de inestabilidad».
También, desde esta consultora proyectan una caída en torno al 2% para 2019 «debido a la demora en la desaceleración de la inflación, las elevadas tasas de interés y el escenario electoral polarizado que alimenta la incertidumbre y el comportamiento precautorio».