Gracias al control de los embarazos, en Bs As se está logrando una importante baja en la mortalidad infantil

    La Ciudad informó que, en 2018, se registró la mortalidad infantil más baja en su población desde que se considera ese indicador, que en la jurisdicción se asentó sostenidamente por debajo de los dos dígitos recién a partir de 2004. La nueva tasa estimada es un punto menos que en 2017, lo que se traduce en 38 bebés que pudieron superar condiciones adversas en el primer año de vida.

    Lo que aún perduran son fuertes diferencias entre las comunas, con cinco que se ubicaron por encima de los valores del año anterior y diez en las que la mortalidad infantil descendió, incluida la comuna 8, considerada de alta vulnerabilidad (Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo).

    «En 2018, la tasa de mortalidad infantil fue la más baja de la historia en la ciudad de Buenos Aires: 5,7 por cada 1000 nacidos vivos, mientras que en 2017 había sido 6,7 por cada 1000 nacimientos», precisaron las autoridades porteñas.

    Con este valor, Buenos Aires se ubica con un indicador mejor
    que los de capitales vecinas como Montevideo (7,3) o Santiago de Chile (6,7).

    En la sede del gobierno porteño de Parque Patricios, se atribuyó esta mejoría a la regionalización de la atención perinatal con la provincia de Buenos Aires para atender los embarazos de riesgo en los centros que cuenten con un nivel de complejidad adecuado, la búsqueda activa para el seguimiento de las embarazadas que hacen una consulta en el sistema sanitario y no vuelven para el siguiente control programado y el monitoreo de los recién nacidos de alto riesgo, como los prematuros.

    RECOMENDACIONES

    Son algunas de las medidas que Unicef Argentina había recomendado a la Ciudad hace dos años, que incluyeron también mejorar la calidad de la información y los registros, además de reforzar la coordinación metropolitana de la atención.

    Hace tres semanas, la provincia también anunció una disminución de la mortalidad infantil atribuida a una mayor cantidad de embarazos detectados antes de las 13 semanas, un aumento de las mujeres que hacen más de los cinco controles obstétricos recomendados, la derivación de los embarazos de riesgo a hospitales con maternidades de mayor complejidad y el diagnóstico precoz de las cardiopatías congénitas, como también un mayor acceso a servicios de agua potable y cloacas, en especial en el conurbano.

    Ambas jurisdicciones coincidieron en que las principales causas de mortalidad en los recién nacidos (neonatal) siguen siendo el bajo peso al nacer, las infecciones y las malformaciones congénitas, incluidas las cardiopatías, según precisó la ministra de Salud porteña, Ana Bou Pérez.

    CONTRASTES

    El desafío pendiente detrás de estos nuevos datos siguen siendo las diferencias entre las 15 comunas porteñas. Mientras en 10 de esos agrupamientos barriales se registró el año pasado una caída de la mortalidad infantil de hasta la mitad con respecto a 2017, aumentó en las cinco restantes (comunas 1, 2, 6, 9 y 12).

    En la comuna 9 (Liniers, Parque Avellaneda y Mataderos), por ejemplo, el indicador saltó de 5,2 a 9,9 por cada 1000 nacidos vivos. En el otro extremo, en la comuna 11 (Villa Devoto, Villa del Parque y Villa General Mitre), la mortalidad cedió de 8,8 a 3,9 por cada 1000 nacimientos. El análisis más detallado de cada caso permitirá explicar estas variaciones, según indicaron Bou Pérez y Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la ciudad.

    Otro desafío, tanto para la Ciudad como para la provincia de Buenos Aires, según coincidió con su par porteña el ministro de Salud de la provincia, Andrés Scarsi, será reducir la cantidad de embarazadas que «se escapan» del sistema sanitario. Son alrededor del 40% de las gestaciones.