Otra mirada sobre el proyecto de acuerdo Mercosur-U.E.

Juan Carlos de Pablo escribe sobre economía en forma inteligente y amena. Su posición es menos pro industria que la de AgendAR, pero este artículo, en el que se apoya en las opiniones de un economista clásico, nos parece que ofrece una mirada fresca y realista sobre un tema en el que hay más ruido que nueces. Por lo menos, mientras sea como ahora parte de la campaña electoral.

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«La firma del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) fue calificada por algunos argentinos como un hecho histórico, y por otros como una tragedia. ¿Se dejaría usted operar por dos cirujanos que sobre su dolencia tuvieran tal discrepancia?

Más allá de que la Argentina está ahora en plena campaña política, la cuestión de la apertura y el cierre al comercio internacional suscitó opiniones encontradas, desde el nacimiento mismo del país. Al respecto consulté al irlandés Charles Francis Bastable (1855-1945), autor de Teoría del comercio internacional, publicado en 1887, y Finanzas públicas, libro de texto que vio la luz en 1892. Debatió con Francis Ysidro Edgeworth sobre cómo hay que calcular los costos según la teoría de las ventajas comparativas. Crítico del enfoque neoclásico, según John A. Bristow, elogió la escuela histórica alemana, subrayó la importancia de la sociología para entender la economía, y recomendó la integración del análisis económico con la ciencia política, el derecho y los principios científicos de la administración.

El anuncio de la firma de un acuerdo entre el Mercosur y la UE generó encendidas y muy diferentes opiniones en la Argentina. ¿Qué puede llegar a pasar como consecuencia de este acuerdo?

-La facilidad con la cual los contemporáneos califican de históricos a ciertos hechos hace sonreír a los historiadores. El tiempo dirá. También se da el caso contrario: nadie calificó de histórica la caída de las cotizaciones en la Bolsa de Nueva York, el denominado jueves negro de octubre de 1929, que según los historiadores inauguró la Gran Crisis de la década de 1930. Por la misma razón, tampoco hay que prestarles atención a quienes califican el acuerdo como una tragedia, porque están en campaña política.

¿Cómo hay que mirarlo, entonces?

-Primero, hay que tener en cuenta que este no es un acuerdo Argentina-UE, sino Mercosur-UE. Lo cual implica que para su vigencia tiene que ser ratificado por los congresos de cada una de las naciones intervinientes. En el correspondiente debate deberían salir a la luz las ventajas y las objeciones a la ratificación del acuerdo.

Para lo cual, perdón por la obviedad que voy a decir, debería conocerse el texto acordado.

-Buen punto, porque, como bien se dice, uno se entera del tipo de seguro que tiene cuando choca o le roban el auto. Le digo más, es probable que el texto solo pueda ser comprendido por expertos, de manera que por más que se publique en todos los idiomas, los expertos en políticas comerciales internacionales deberían ser convocados, para que ayudaran a entender qué fue lo que se firmó.

Y lo que se seguirá negociando.

-Claro, porque nadie puede pensar que, en términos prácticos, las negociaciones fueron terminadas. Y en política comercial los «detalles» no tienen nada de detalles; por el contrario, pueden resultar muy significativos. Por eso, insisto, es muy importante la colaboración de los expertos.

Un acuerdo de esta naturaleza genera entusiasmos generales y preocupaciones específicas. ¿Qué pasará con mi actividad?, se preguntan muchos empresarios; ¿qué ocurrirá con mi puesto de trabajo?, se preguntan los asalariados y los dirigentes sindicales.

-Razones no les faltan. Cuando usted estudió en la universidad, los cursos de comercio internacional se ocupaban del análisis de los aranceles y los tipos de cambio, mientras que las distorsiones impositivas, laborales, etc., se estudiaban en otras materias, o no se estudiaban. Un acuerdo como el que acaban de firmar el Mercosur y la UE requiere que a todas estas cuestiones se las analice de manera simultánea.

¿Qué quiere decir?

-Imagínese que en la Argentina existe un empresario que se beneficia por un arancel a la importación del producto que fabrica, pero paga un flor de impuesto municipal por la energía que utiliza en su fábrica. Se implementa el acuerdo, se abre la economía, pero el impuesto municipal no se elimina. Puede quebrar una empresa que no debería quebrar. Esto lo sabe cualquier alumno de economía, pero es importante que se tenga en cuenta cuando se implemente el acuerdo. La historia argentina dice que quienes implementaron los procesos de apertura económica, generalmente se olvidaron de remover el resto de las distorsiones existentes.

Bueno, pero algunos sueñan con que, precisamente, implementar el acuerdo forzará la revisión del resto de las distorsiones.

-Como usted bien dijo, sueñan. Pero en política económica soñar puede ser muy peligroso.

¿Y entonces?

-Los economistas profesionales, pero también las cámaras empresariales, los sindicatos, tienen mucho que aportar. Porque poseen conocimientos específicos, útiles para la mejor implementación posible de este tipo de acuerdos. Sería más que lamentable que, a raíz de este desafío, los economistas profesionales se limitaran a enunciar los primeros principios, y los representantes de los actores económicos se circunscribieran a lamentarse o a plantear versiones conspirativas. Hay mucho en juego, en términos de oportunidades, bienestar, etc. Como usted bien suele decir, en política económica práctica las balas no son de fogueo, sino de verdad.

Don Charles, muchas gracias».

VIALa Nación