La «revolución de los aviones», el gobierno y los gremios

Esta semana se firmó entre la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Chile el “Acuerdo de Doble Vigilancia”. Este es el primer paso para poder implementar en un futuro el interchange. Esto servirá para que entre los dos entes se establezcan los pasos a seguir y los procedimientos para la habilitación de las aeronaves.

El INTERCHANGE habilita a que un operador como LATAM o JETSMART o NORWEGIAN, vuele aviones dentro del país o con tripulación argentina, pero no con la matrícula nacional.

La decisión la tomó Tomás Insausti, número uno de ANAC. Pero detrás está la decisión del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich de hacer lugar el pedido de la aerolínea que planteó la posibilidad de cerrar la ruta a Miami si no se autorizaba este uso en pool de sus aviones para sus flotas de América Latina.

El Interchange es algo que está pidiendo LATAM para reemplazar sus Boeing 767 “argentinos” que no podrán entrar a USA desde el 1º de enero, por un pool de nueve 767 que usan las filiales de Chile, Perú, Brasil y Colombia, pero que tienen matrícula chilena.

Estos aviones, si se aprueba el interchange, serán volados por las tripulaciones argentinas y tendrán la misma cantidad de personal nacional que ahora. Los impuestos que se pagan siguen siendo argentinos, lo único que cambia es la matrícula del avión.

El frente gremial mantuvo una reunión con las autoridades de transporte. Y tras la reunión sacaron un comunicado crítico: «Si bien este encuentro permitió establecer un diálogo cordial con las autoridades del Ministerio de Transporte por primera vez en más de un año y medio, a lo largo de la reunión han quedado claras las diferencias irreconciliables que nos separan con quienes llevan adelante la política aerocomercial en nuestro país. Mientras Dietrich se focaliza en las distintas formas de bajar el costo laboral para ser competitivos, desde los Sindicatos Aeronáuticos Unidos vamos a seguir defendiendo el trabajo argentino y nuestras condiciones laborales que se ven afectadas por el fracaso de la Revolución de los Aviones».

VIALa Nación