Argentina es uno de los grandes exportadores de granos del mundo. Pero no es formadora de precios. Nuestros productores, y las comecializadoras, siguen con atención los números de Chicago. De ahí el interés de este informe de Pablo Adreani, fundador de GuruMarket.
«Después de tres campañas con récords en producción y en rindes de soja y de maíz en Estados Unidos, hoy, la campaña 2019/2020 se erige como la campaña de la incertidumbre. Las fuertes lluvias que cayeron sobre el cinturón maicero y sojero antes y durante la siembra no solo demoraron el trabajo, sino que empujaron al Departamento de Agricultura, el USDA, a zigzaguear con sus estimaciones, como pasó con el maíz.
En su informe mensual de junio el organismo recortó en 34,29 millones de toneladas su previsión sobre la cosecha de maíz, de 381,78 a 347,49 millones, por la valoración de una menor área sembrada y por la eventual caída del rinde. Pero la semana pasada, en su nuevo trabajo, le «devolvió» al cereal casi 5 millones de toneladas, al proyectar la producción en 352,44 millones, por la ponderación de una superficie implantada mayor a la considerada en junio.
La soja está sin cambios en el informe del mes pasado. El USDA mantuvo su estimado de cosecha en 112,95 millones de toneladas, contra el récord de 123,66 millones de toneladas de la campaña 2018/2019. Pero ahora, en este trabajo, luego del reporte sobre área sembrada del 28 del mes pasado donde achicó la superficie destinada a la soja de 34,24 a 32,37 millones de hectáreas, el organismo redujo abruptamente su proyección de producción de soja hasta los 104,64 mill./t.
El dato oficial quedó abajo del promedio de las proyecciones privadas, que auguraban 105,68 millones de toneladas. Para el ajuste el USDA siguió el mismo análisis cuali-cuantitativo adoptado para el maíz en junio. Calculó que por cada día de atraso en la siembra se reduce el potencial de rinde. Tan es así que en su informe ajustó su estimación sobre el rinde promedio de la soja de 33,29 a 32,62 quintales por hectárea y lo ubicó lejos de los 34,70 quintales 2018/2019. Quedará para agosto ver si -como lo hizo con el maíz- el USDA le «devuelve» algo de lo que le restó en toneladas a la soja, luego de que finalice el relevamiento de campo que los técnicos del USDA están haciendo para determinar cuál fue realmente el área cubierta con la oleaginosa.
La demostración de que el mercado espera ver datos más certeros sobre área sembrada la dieron anteayer las pizarras de Chicago que, pese al fuerte recorte de la producción hecho por el USDA, reflejaron subas de apenas un 0,5% para los precios de la oleaginosa. A la incertidumbre planteada por el clima y por el USDA, en el análisis de la soja a hay que sumar un fundamento que sigue latente y que condiciona cualquier movimiento alcista: el remanente récord de soja 2018/2019 en manos de los productores«.