Lee, Wrangler y Alpargatas se van del país

Las marcas de jean Wrangler y Lee, después de casi 20 años en el país y haberse convertido en algún momento en icónicas para una generación de argentinos, sólo se van a poder comprar hasta fin de mes en la Argentina.

Los últimos 10 locales abiertos, que comercializan esas marcas, bajarán sus persianas el 31 de julio, después de la decisión de la compañía dueña de las marcas, VF Corporation, de abandonar el mercado local, así como lo hicieron en Brasil y en Chile.

En la decisión de VF, tallaron distintas razones. La compañía argumentó un cambio en la estructura del negocio: separó sus marcas en dos compañías independientes. mantuvo el negocio vinculado a las marcas de indumentaria y calzados (Vans & Timberland) y creó una nueva compañía denominada Kontoor para las marcas de jeanswear (Wrangler & Lee), que es la que abandonó el mercado.

Pero el motivo real es más concreto: producir el jean es más caro que en otros países. Y a esto se suma la importante caída de las ventas que primó en el mercado local.

«Producir en la Argentina es todo más costoso», asegura Alicia Hernández, gerenta general de la Cámara de la Indumentaria (CIAI), refiriéndose a los mayores costos de producción, de logística y de impuestos. «Es mucho más barato traer jeans de China o de Paraguay, que importa tela desde Turquia sin aranceles».

En el mercado doméstico, un jean que -para el mayorista- tiene un costo de fabricación de $ 650, luego es vendido a $9 00 al comerciante multimarca y éste ultimo lo termina vendiendo al público a $ 2000, explican en el sector.

Otra razón que pudo haber influído en la decisión de VF es que el jean es un producto ya «maduro» y tal vez por eso, su crecimiento sea más lento que el de otras prendas, explica Gustavo Martinez, gerente de Futuros SRL, la firma que produce en su planta de Malvinas Argentinas y comercializa la marca Taverniti. Además, el consumidor debió bajar un escalón en cuanto a estratos de marca, debido a la pérdida de poder adquisitivo», agregó.

Por otro lado, «si bien Wrangler y Lee fueron marcas aspiracionales en su momento, y estaban muy bien posicionadas, hoy quedaron relegadas detras de Levy’s, por ejemplo, que terceriza su fabricación.

Una situación similar -no idéntica- se produce con una «marca» muy distinta, Alpargatas, con 130 años de historia en Argentina.

Hoy es una firma de capitales brasileños, y ya se desprendió de sus cuatro fábricas textiles que mantenía en el país. La de Corrientes y la de Chaco la vendió a Marfra SA, una firma chaqueña. La de Florencio Varela, a Cladd, una compañía con plantas ubicadas en la provincia de La Rioja y en Morón, provincia de Buenos Aires. Finalmente, la de Catamarca fue adquirida por Fibran Sur, una pyme de Florencio Varela.

A la luz de estos hechos, vuelve una vieja pregunta ¿es viable la actividad textil o la industria del calzado en Argentina? Hace más de 30 años Roberto Lavagna, en ese entonces Secretario de Comercio del presidenta Alfonsín anticipaba a los empresarios del ramo textil que no creía que lo fuera. Nuestra opinión en AgendAR es que la reconversión que necesitaría esa industria depende de la inversión que los empresarios, y la sociedad en su conjunto, estén dispuestos a hacer.

La mano de obra argentina, para dar un ejemplo, es más cara que en Indonesia… pero mucho menos que en Italia. Lo que es mayor en el país europeo la inversión de capital, en maquinaria y en diseño, en cada unidad de producción.

VIAClarín