No se construye el Arsat-3. Se alquila un satélite de 20 años de antigüedad, por 7 millones de euros

Ante la decisión del actual gobierno de suspender la construcción del satélite Arsat-3, que había sido aprobada por una ley del Congreso, y para no perder el derecho a la posición orbital 81º Oeste, una de las tres asignadas a la Argentina por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, fue necesario contratar un satélite de la empresa SES, con 20 años de antigüedad, por 7 millones de euros. La situación, que ya se había comentado en AgendAR, fue reconocida oficialmente en el último informe de gestión de la Jefatura de Gabinete.

Se trata de posiciones en órbitas geoestacionarias, claves para los satélites de comunicaciones, y que la Argentina ya ha estado a punto de perder, también cuando un gobierno se endeudó irresponsablemente y debió «ajustar» los gastos. Otra vez las consecuencias son la pérdida de dinero y, mucho más grave, de equipos de científicos y técnicos talentos que cuesta años y décadas formar.

El portal especializado LATAM Satelital brinda un extenso informe que resumimos aquí:

«El operador satelital estatal argentino ARSAT celebró un acuerdo con SES para la ubicación del ASTRA-1H en la Posición Orbital Geoestacionaria (POG) de 81° Oeste para proteger la prioridad que la Unión Internacional de Telecomunicaciones otorgó a la Argentina en banda Ka y que tiene vencimiento en septiembre de 2019. El satélite de SES se desplazó desde la POG de 67° Oeste, asignada a la Comunidad Andina (Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela) desde donde opera actualmente el SES-10 y donde se ubicará el SES-17, HTS en banda Ka, planificado para 2020.

El acuerdo tiene vigencia hasta diciembre de 2019 y el monto total asciende a 7 millones de euros. Por la ejecución de la orden de servicio y el arribo del ASTRA-1H a su nueva posición orbital SES le cobró a ARSAT 2 millones de euros. Por la operación del satélite, que funcionará en órbita inclinada, SES cobrará a ARSAT 454 mil euros mensuales por 11 meses entre febrero y diciembre de 2019 inclusive. ASTRA-1H es un satélite lanzado al Espacio en el año 1999 con una vida útil de diseño de 15 años, lleva a bordo 2 transpondedores en Banda Ka y 32 en Banda Ku.

ARSAT tenía planificado para 2019 el lanzamiento de ARSAT-3, con capacidad HTS en banda Ka, pero el proyecto fue suspendido con el cambio de gobierno en diciembre de 2015 y la asunción de nuevas autoridades en ARSAT. La suspensión de ARSAT-3, enmarcado en un plan aprobado mediante una ley nacional, tuvo un fuerte impacto en el fabricante nacional INVAP, que enfrenta una importante merma en los ingresos en el segmento espacial de su actividad.

ARSAT-3 es el primer satélite de Plan que el Congreso de la Nación Argentina aprobó para ARSAT en el año 2015 mediante la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital que, entre otras cosas, considera la ampliación de la flota de ARSAT de dos a seis satélites entre 2015 y 2035. Este satélite, a diferencia de su dos antecesores, debía financiarse mediante ingresos generador por ARSAT más crédito del sistema financiero, sin la necesidad de requerir aportes del Tesoro Nacional. Además, el Plan aprobado también estipula inversión en el desarrollo de un nuevo sistema de propulsión híbrida para la plataforma ARSAT-3K de INVAP, desarrollo en el que no hubo avances en los últimos tres años.

En Julio de 2017 se conoció, mediante un informe periodístico, que ARSAT había firmado una acuerdo preliminar con Hughes de los Estados Unidos para conformar una nueva empresa que se ocuparía de operar ARSAT-3 para brindar Internet de Banda Ancha Satelital en territorio Argentino. La nueva empresa iba a estar integrada en un 51% por Hughes y en un 49% (o menos) por ARSAT y tenía planificado posicionar a ARSAT-3 en una POG asignada a la Argentina. Este acuerdo fue cuestionado por violar la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital que establece que una medida de estas características debe pasar por el poder legislativo Argentino. Ha transcurrido más de un año sin novedades sobre este acuerdo».

Como destacó el especialista Guillermo Rus en una reciente nota de Fernando Krakowiak, en lugar de estar operando servicios en una posición orbital asignada a la Argentina con un satélite fabricado en la provincia de Río Negro por INVAP, el gobierno terminó comprando capacidad satelital a un operador canadiense de un satélite fabricado en los Estados Unidos y ubicado en una posición orbital asignada a Brasil.

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