“Si Argentina no le paga al FMI, el FMI se funde”

Guillermo Calvo es un economista nacido en la Argentino, que actualmente dirige el Programa de Dirección de políticas económicas de la Universidad de Columbia (School of International and Public Affairs). Es un investigador reconocido en el campo de la macroeconomía, especialmente en política monetaria, mercados emergentes y economía de transición. Un paladín de la economía ortodoxa, si los hay.

Por eso sus recientes declaraciones causaron tanto revuelo en los medios este finde. En AgendAR encontramos significativo además que las haya hecho en una conferencia de Bancos Centrales en Chile, país que mantiene una economía ortodoxa desde hace más de 40 años, y al menos algunos chilenos están satisfechos con los resultados.

Entonces, en AgendAR quisimos saltear las versiones locales y publicar íntegro el reportaje que concedió a La Tercera, conocido diario chileno. Aquí está:

«Guillermo Calvo afirma que el riesgo de default es serio, ante una situación económica más compleja de la que se enfrentaba para el último proceso presidencial. Critica a la administración de Mauricio Macri y -contrario al consenso- considera que la dupla Fernández tiene más capacidad de hacer un ajuste.

Argentina dejó al Fondo Monetario Internacional en una compleja situación financiera, considerando que el riesgo de default es real. Así lo asegura el académico de la Universidad de Columbia, Guillermo Calvo, quien esta semana visitó Chile para las conferencias del Banco Central, marco en el que planteó que un ajuste en su país es necesario y más difícil para Mauricio Macri llevarlo a cabo.

A diferencia de Chile, Argentina no logra establecer una política monetaria estable. ¿Qué arriesga?

-Este sistema, que no es uno si no mucho, es autodestructivo. La capacidad que tiene el banco central del gobierno de decir que se van a tomar tales medidas y hacerlas creíbles no funciona.

Se depende mucho de cuestiones políticas y, como sabemos, los políticos no son analíticos, porque están buscando votos. Caen en un populismo que es mortal, porque se gasta lo que no se tiene.

Eso es lo que le pasa a Argentina y la gente lo sabe. En consecuencia, cuando le dicen que confíen en el peso, no lo hacen porque piensan que de hacerlo se lo van a sacar del bolsillo, que es lo que ha pasado en la historia de Argentina por los últimos 70 años.

Macri dice que el Banco Central de Argentina (BCRA) es independiente. ¿Siendo así debiera definir una política duradera?

-Ellos tienen la mayor independencia en estos momentos, el problema es que hay una falta de credibilidad. Ahora han logrado empezar a bajar la inflación, controlar el dólar, pero las tasas de interés están enormes. Si ese dólar se queda pegado, terminas pagando una tasa de interés de 50% en dólares. Entonces lo que está ahora no es sostenible, lo dice todo el mundo.

¿A qué se refiere con que no es sostenible?

-Puede llevar a una fuerte devaluación, como una manera de licuar las deudas. La otra opción es directamente decir que no va a pagar”. Eso es posible, porque parte de la deuda en dólares es con el FMI, la que menos preocupa.

¿El FMI tiene más paciencia?

-Tiene que tenerla, porque es la inversión más importante que tiene. Si Argentina no le paga al FMI, el FMI se funde. Como decía Keynes cuando uno debe poca plata al banco, uno tiene problemas, pero si uno debe mucha plata al banco, el banco tiene problemas.

Esta situación, en mi opinión personal, tiene que ver mucho con la presión de Donald Trump, fue muy político todo esto. Han puesto al Fondo en una situación financieramente delicada, corre mucho riesgo con un gobierno argentino que resultó ser muy poco confiable, no por mentir sino porque no comunica bien.

¿A qué se refiere con ese problema de comunicación?

-Hay una especie de incompetencia. El gobierno tiene que demostrar que respeta al Central. Ellos el 28 de diciembre de 2017 hicieron una cosa escandalosa que fue decir que se va a cambiar la política monetaria, sentaron a Federico Sturzenegger (ex presidente del BCRA) en una esquina y habló el primer ministro. Fue una cosa espantos que tuvo un impacto muy fuerte en la gente de Wall Street. “Estos están locos”, decían. De ahí en adelante perdieron la confianza de todos.

El Fondo después descubrió que realmente estaba tratando con gente incompetente. Lamentablemente, políticamente incompetente.

¿El default es un riesgo real para Argentina en este momento?

-Sí. El default es un riesgo muy importante. Además, se sigue acumulando deuda del Banco Central, porque ese 50% que se está pagando ahora es sobre bonos que emite el Banco Central. Entonces se endeuda cada día más y eso es difícilmente sostenible.

¿El riesgo es el mismo con Macri o la dupla Fernández?

-El mercado se pondrá más nervioso si piensa que Fernández- Fernández va a ser gobierno, pero no estoy seguro de que sea más peligroso.

Lula en su primer mandato en Brasil había dicho que iba a repudiar la deuda, pero cuando llegó hizo todo lo contrario, un ajuste más fuerte del que le pidió el Fondo. Yo creo que esta señora no es “sonsa” (sic) y se va a dar cuenta.

En ese sentido, ella (Cristina) puede llegar y decir que la culpa la tiene Macri, ¿pero a quién le va a echar la culpa Macri?

¿Ayudaría a Macri presentar el programa económico para un segundo mandato?

-Lamentablemente tendría que decir que el gasto del sector público va a tener que bajar. Además, como Jair Bolsonaro lo ha hecho en Brasil, tendrá que proponer una reforma de pensiones, pero la vez que se habló de ese tema salió la gente a la calle a tirar piedras contra el Congreso. Para él es muy difícil proponer algo que la gente acepte. Le va a quitar votos.

¿Cómo ve a Argentina en relación al último cambio de gobierno?

-El país está en una situación más compleja, porque cuando Macri asumió pudo haberle echado la culpa a Cristina y hacer el ajuste. No sólo no lo hizo, sino que aumentó el déficit fiscal y de ahí en adelante adoptó un sistema que se manejó técnicamente mal, por eso ocurrió la devaluación y todo lo demás. Dijeron que iban a dejar flotar y cuando las cosas se complicaron no la dejaron ir, perdiendo un montón de reservas».

VIALa Tercera