El gobierno consultó a Londres antes de comprar aviones de combate

El gobierno argentino consultó a autoridades británicas antes de avanzar con la compra de aviones de combate supersónicos ensambladas en Corea del Sur con partes de fabricación inglesa. La oficialidad militar protestó contra la cúpula del Ministerio de Defensa por entender que así «se sienta un precedente» y se pone en evidencia la dependencia de armamento.

El equipo al mando del cordobés Oscar Aguad mantuvo consultas con el gobierno británico para sondear si habría inconvenientes en adquirir nuevos cazas supersónicos, reclamados por las fuerzas armadas desde hace años.

La Fuerza Aérea Argentina (FAA), cuyo arsenal viene en franco deterioro en las últimas décadas, culminó meses atrás la evaluación técnica de diferentes aeronaves y determinó que la necesidad de contar con aeronaves interceptoras, al menos para el entrenamiento de pilotos, puede resolverse con la adquisición de aviones de caza ligeros FA-50 Golden Egle de la Korean Aerospace Industries (KAI). Estas naves surcoreanas tienen componentes británicos, tales como los asientos eyectores.

Según fuentes militares y diplomáticas, la cúpula del Edificio Libertador entró en contacto con oficiales británicos para saber si no había oposición al respecto y verificar si el levantamiento parcial del embargo para la exportación de armamento, que rigió entre 2012 y 2018, efectivamente entraría en vigor para una eventual adquisición de piezas.

La respuesta de la contraparte británica fue, en esencia, que no hay respuesta. El buen entendimiento entre las actuales administraciones permitió dar por terminadas las restricciones, pero su puesta en marcha solo podrá comprobarse en el momento en que el fabricante (en el caso de los asientos, la fábrica Martin-Baker) requiera una licencia de exportación frente a una eventual demanda del Gobierno por repuestos.

En AgendAR hemos analizado críticamente y en detalle esta prevista operación, aún teniendo en cuenta que por ahora sólo hay anuncios. Ahí recordamos que cuando uno compra a otro país un sistema de armas complejo, lo que está comprando es una red de relaciones internacionales. Por eso defendemos una política de tratar de producir -o ser capaces de adaptar- la mayor proporción posible del armamento de nuestras fuerzas. La función que en otras décadas cumplían CITEDEF y FAdeA.

Frente a esta noticia en particular, nos parece que esta actitud del Ministerio de Defensa frente al gobierno inglés pasa por alto la historia reciente de la Fuerza Aérea Argentina, protagonizada por pilotos que viven todavía, y por los que cayeron en combate.

VIAEl Cronista