El presidente francés propone tratar los incendios del Amazonas en el G7

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se unió a la protesta internacional por los incendios forestales en la selva amazónica. Y los calificó de “crisis internacional”.

“Nuestra casa está en llamas. Literalmente”, tuiteó Macron ayer jueves. “Amazonas, los pulmones de nuestro planeta que producen el 20% de nuestro oxígeno, está ardiendo. Esta es una crisis internacional”. “Miembros del G7 se reúnen en dos días para discutir esta emergencia”, dijo también antes de agregar el hashtag #ActForTheAmazon.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, respondió en Twitter: “Lamento que el presidente Macron busque instrumentalizar una cuestión interna de Brasil y otros países amazónicos para obtener ganancias políticas personales. El tono sensacionalista con el que se refiere a la Amazonía (atractivo incluso para fotos falsas) no hace nada para resolver el problema”.

“El gobierno brasileño permanece abierto al diálogo, basado en datos objetivos y respeto mutuo. La sugerencia del presidente francés de que los temas amazónicos se discutan en el G7 sin la participación de los países de la región evoca una mentalidad colonialista que no tiene cabida en el siglo XXI”, agregó Bolsonaro.

Como es sabido, G7 se denomina a la reunión periódica que mantienen entre sí Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña. Rusia formaba parte hasta la invasión de Crimea, y Trump ha sugerido que se la invite de vuelta en el 2020. En cualquier caso, no es el Directorio del mundo -China no forma parte del grupo. Y el presidente Macron habla en este tema para sus ciudadanos y para la Unión Europea, la región donde tienen más impacto electoral los temas del medio ambiente.

Pero… es probable que tarde o temprano esos temas se conviertan en prioritarios para las Grandes Potencias. Los países de América del Sur debemos participar en esas discusiones, para tratar de evitar que nos impongan normas antagónicas a nuestros intereses estratégicos. El pintoresco negacionismo de Bolsonaro -atribuye la preocupación por el cambio climático al «marxismo cultural»- no ayuda.

VIACNN