El radical Rodolfo Suárez es el próximo gobernador de Mendoza hasta 2023, habiendo obtenido en las elecciones de ayer domingo el 49,88% de los votos. La candidata peronista, Anabel Fernández Sagasti, sumó el 34,97%. La Protectora, un partido provincial con un mensaje ambientalista, obtuvo el 8,44%, y el Frente de Izquierda, el 3,30%.
Para evaluar estos resultados, es necesario recordar que en las PASO provinciales de este año la boleta de Cambia Mendoza -el frente que llevó a Suárez en esta elección- obtuvo el 45,1%. Mientras que Elegí Mendoza -el que llevó a Fernández Sagasti- sumó el 37,5%. La primera conclusión entonces es que los votantes de las líneas que compitieron en esas PASO provinciales -F. Sagasti se impuso por una pequeña diferencia a Bermejo, un intendente del peronismo tradicional, y Suárez le ganó a un macrista- acompañaron a los candidatos ganadores de esas internas.
La segunda conclusión fue señalada en las redes sociales por el politólogo Andy Tow: «Respecto a las primarias de junio Cambia Mendoza mejora entre 4 y 5 puntos y unos 80 mil votos más; Elegí Mendoza obtiene 2,5 puntos menos y misma cantidad de votos. El aumento de dos puntos en concurrencia de votantes favoreció al oficialismo«.
El 11 de agosto las PASO nacionales habían creado la expectativa de un triunfo del PJ: en ellas la fórmula Fernández-Fernández sumó más votos que la de Macri-Pichetto. Pero los mendocinos tuvieron presente que ahora elegían gobernador, y resulta evidente que prevaleció la memoria de la mala gestión 2011-2015 del peronista Francisco Pérez, quien terminó sin poder pagar los sueldos. La estrategia del Frente de Todos de nacionalizar la campaña -Alberto Fernández y varios gobernadores peronistas apoyaron públicamente a la candidata- no tuvo éxito.
Esta elección ha sido un triunfo del actual gobernador, Alfredo Cornejo. Por haber hecho una gestión que al menos una mitad de los mendocinos -y muchos observadores externos- consideran buena, y también por su decisión de provincializar estos comicios. El gobernador ignoró los pedidos de la conducción nacional de Cambiemos de unificar la fecha de las elecciones mendocinas con las nacionales (María Eugenia Vidal debe estar lamentando no haberlo hecho).
Ayer dijimos en AgendAR que todo el país seguía las elecciones en Mendoza. Por varios motivos: en lo que hace a la presente campaña nacional, estos resultados a Juntos por el Cambio le darán un estímulo para sostener que pueden «dar vuelta» los resultados del 11 de agosto, por más improbable que parezca a los espectadores racionales. Y moderarán el triunfalismo de muchos en el Frente de Todos, sin llegar a desalentarlos.
Pero en nuestra opinión las consecuencias para después del 27 O pueden ser las más importantes: Alfredo Cornejo ha sido el aliado más crítico de Macri, sin dejar de ser muy duro con el peronismo (su cercanía a la transversalidad de Néstor Kirchner en el 2007 ha quedado muy atrás). Frente a un eventual gobierno de Alberto Fernández, es muy probable que reclame para el radicalismo su histórico lugar de cabeza de la oposición al peronismo, antes que un PRO que podría quedar reducido a lo que fue en su comienzos, un partido de la Capital Federal.
A. B. F.