La inflación de la gestión Macri superará el 300%

En dos semanas justas, como todos sabemos, hay elecciones presidenciales. Es inevitable que la campaña lo invada todo. Pero a esta altura, las críticas más duras y despiadadas a la gestión de Mauricio Macri provienen de las consultoras y analistas que hace tres, cuatro años -y en algunos casos hace pocos meses- aplaudían sus medidas. Este resumen sirve como diagnóstico, y como muestra.

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La lucha contra la suba de precios fue uno de los ejes de campaña de Mauricio Macri antes de llegar a la presidencia. «Es lo más fácil» o «en mi gobierno la inflación no va a ser un tema», son algunas de sus frases que hoy, a la vista de los resultados, fueron de mínima un diagnóstico equivocado.

La inflación es la demostración de la incapacidad de gestión porque significa que uno no puede administrarse con los recursos que tiene”, afirmaba el por entonces jefe de Gobierno porteño el 30 de enero de 2014 en una entrevista con CNN Español.

Ocho meses más tarde, el 1 de septiembre de ese mismo año, estimaba que si en 2015 ganaba las elecciones presidenciales llevaría la inflación «a cero» en 2018. Fue durante una exposición en un encuentro de la CAME con precandidatos por el Día de la Industria. Ya más cerca de las elecciones presidenciales de 2015, durante el debate en el que discutió ideas con el entonces candidato del Frente para la Victoria Daniel Scioli, el líder del “Sí se puede” prometía: “Teniendo un gobierno que va a fijar reglas de juego claras, va a bajar la inflación a un dígito”.

Sin embargo, consumado más del 90% de su gestión como Presidente, la inflación no sólo no mermó sino que superó con amplitud el promedio de la última gestión de Cristina Fernández de Kirchner: pasó de un 28% promedio anual en el período 2011-2015, según datos de la consultora ABECEB, a un 40,4% promedio anual contando desde noviembre 2015 a diciembre 2019.

En medio de la emergencia estadística, el 2016 arrojó una inflación oficial de 36% mientras que el Indec informó en 2017 un 24,8% y en 2018 un 47,6%. Asimismo, los especialistas esperan para 2019 una inflación por encima del 50%.

En ese contexto, las consultoras interpeladas calcularon una inflación total para la gestión de Cambiemos (incluye datos del INDEC para los primeros tres años y una proyección para 2019), de hasta 311%. Tal es el caso de la Fundación Libertad y Progreso, que calculó ese porcentaje para los cuatro años del gobierno de Macri y un 60% para 2019.

En esa línea, Analytica proyectó una inflación para este año de 51% y un total de 297% para el período que va de noviembre de 2015 al cierre de 2019. Con números similares se ubica el análisis de C&T Asesores: 51% para 2019 y un acumulado de 286% para los cuatro últimos años de gobierno.

Detrás surgen la estimaciones de Econviews, la consultora dirigida por el ex titular del Banco Nación Carlos Melconian y el economista Rodolfo Santángelo; Ecolatina; ABECEB; el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO); Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL); Orlando J. Ferreres y Eco Go, con un piso de 237% y un techo de 300% para el acumulado.

Prat Gay anuncia la salida del cepo

El entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, anunció a las 18 horas y dos minutos del miércoles 16 de diciembre de 2015, el fin del cepo cambiario instalado durante el último mandato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El titular del Palacio de Hacienda remarcó: «El que quiere comprar dólares los puede comprar, el que quiere vender, va a poder vender. Así funcionan las economías del mundo, nadie los va a perseguir«.

Ante la pregunta de los periodistas sobre si estaban cómodos con un valor de $13,40 de la divisa, Prat Gay respondió: «Nosotros la comodidad la vamos a tener cuando vayamos bajando la inflación que es básicamente nuestro objetivo y el tipo de cambio fluctuará donde tenga que fluctuar y nos tenemos que acostumbrar a eso».

Sobre ese tema, Elizabeth Bacigalupo, economista de la consultora ABECEB: “Sabíamos que el proceso de desinflación iba a ser un proceso lento porque es imposible desinflacionar una economía partiendo de los desacomodamientos de precios relativos que tenía Argentina”.

Y agregó: “En parte esto es lógico porque Macri arrancó con una fuerte distorsión de precios relativos y atraso de tarifas que obligaba a de alguna manera a una recomposición y un ajuste al alza. Era inexorable que algo de la inflación reprimida te repercutiera inicialmente. El problema es que nunca terminaron de generar un programa macroeconómico capaz de estabilizar y bajar la inflación de forma permanente”.

Añadió que el problema fue que hubo una inconsistencia entre la política monetaria y fiscal que en parte derivó en aquella conferencia del 28 de diciembre de 2017 en la que se modificaron las metas de inflación quitándole credibilidad e independencia al Banco Central.

“Eso tuvo que ver con que aplicaron una política fiscal muy laxa al principio. Prácticamente no bajaron el déficit primario en los primeros dos años. No se cumplió una convergencia a un equilibrio fiscal hasta que tuvieron que acelerar el ajuste porque no quedó otra”.

La conferencia del 28/12/17

Si bien para 2018 el BCRA tenía una meta de inflación de 10% (+-2), el Gobierno informaba el 28 de diciembre de 2017 su programa financiero para el año siguiente, en el que recalibraba las metas inflacionarias proyectadas con un alza de precios del 15%, para llegar al objetivo final del 5% recién en 2020 y no en 2019 como estaba previsto en las metas originales planteadas al inicio de la gestión.

El anuncio corrió por cuenta del entonces ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en compañía del jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ex ministro de Finanzas, Luis Caputo y el ex titular del BCRA, Federico Sturzenegger.

En un año electoral (se celebraron las elecciones de medio término) la inflación cerró 2017 con una suba de precios del 24,8%, según el Indec.

2018 y el comienzo del estallido

El 2018 finalizó con una inflación anual del 47,6%, según informó el organismo público de estadísticas. De ese modo, alcanzó el nivel más alto desde 1991, cuando la variación de precios fue del 84%, por la inercia acumulada de la hiperinflación de los años previos.

Los principales incrementos de 2018 se registraron en dos sectores: transporte (+66,8%) por el incremento de tarifas, y alimentos y bebidas no alcohólicas (+51,2%) como consecuencia del impacto de la devaluación.

Cabe recordar que tras la corrida cambiaria que se vivió a partir de abril de ese mismo año -que aceleró la inflación-, Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordaron en junio de 2018 un programa stand-by con una duración de 36 meses por unos u$s 50.000 millones, que contemplaba metas inflacionarias y fiscales. Finalmente, el directorio del FMI aprobó en octubre de ese mismo año una ampliación del crédito de ayuda que redondeo un total de u$s 56.300 millones.

En ese contexto, y para contener el espiral inflacionario, el Banco Central cambió desde octubre su política monetaria y abandonó el sistema de metas de inflación para implementar el mecanismo de agregados monetarios.

“Desde 2018 en adelante con la crisis del gradualismo se complicó un poco el panorama, en un contexto en el que el tipo de cambio oficial acumuló desde noviembre de 2015 a agosto de 2019 una suba de 510%. Con un pass through que sigue siendo alto”, explica Bacigalupo.

En esa línea el director de Eco Go, Federico Furiase analizó: “La macroeconomía no estaba preparada para lograr esa velocidad de baja de la inflación porque se partía de atraso tarifario, cambiario y de un déficit fiscal antes de intereses, con un BCRA que tenía bajísima credibilidad, con un fuerte deterioro en su hoja de balance en términos de reservas netas y pasivos remunerados, y una situación complicada en términos de necesidad de esterilizar los pesos de la emisión que generaba el pago de los futuros una vez que se salía del cepo”.

Composición de la inflación

Hubo tres o cuatro componentes de la inflación jugando fuerte durante la gestión de Macri. En primer lugar toda la recomposición del atraso tarifario que llevó a aumentar las tarifas de los servicios públicos muy por encima de otros bienes. Pero también hubo un dólar oficial que pasó de $9 a $16 tras la salida del cepo.

Para la economista de ABECEB se subestimó el tercer componente que pesa mucho en la Argentina que es la inercia inflacionaria. “Eso se origina en dos o tres componentes. Por un lado, porque se ajuste mirando la inflación pasada y no la futura. Por otro lado, el componente expectativas tiene su rol. Esto hace que arrastres inflación pasada hacia el futuro. Se genera un arrastre difícil de bajar”, detalla.

De cara al futuro

“Macri asumió una economía desajustada y con muchos desbalances. Y Alberto Fernández si es presidente va a recibir una macro frágil, con cepo, con necesidad de renegociar la deuda y con estanflación pero no una macro tan desajustada como recibió Macri. Tampoco Alberto (Fernández) va a recibir la economía que recibió Néstor Kirchner que tenía condiciones para un rebote”, considera Bacigalupo.

A dos meses del final de la gestión que inicio Mauricio Macri en diciembre de 2015, las palabras del mandatario vuelven sobre sí mismo: “La inflación es la demostración de la incapacidad de gestión porque significa que uno no puede administrarse con los recursos que tiene”.

De esta manera, el mandatario no solo no supo atacar un problema que en la Argentina fue siempre un flagelo y que apenas tuvo una solución parcial con la convertibilidad, sino que la suba de precios se incrementó. Queda claro que de acá en más, gobierne quien gobierne, la inflación será un eje central que no habrá que subestimar.

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