El escrutinio provisional oficial, con más del 80% de los votos contados, indicaba una victoria de Evo Morales, que no alcanzaba para evitar una segunda vuelta con el ex presidente Carlos Mesa, algo inédito en Bolivia.
Cuando se suspendió el conteo, Morales, con 14 años en el poder, obtenía un 45,28% de los votos frente al 38,6% de Mesa, un periodista e historiador de 66 años que ya gobernó entre 2003 y 2005.
Pero al reanudarse el recuento, con el 95,23% de los votos escrutados, el nuevo resultado preliminar daba a Evo el 46,86% de los votos y a Mesa, el 36,72%. Con una diferencia mayor al 10% entre ambos (10,14%), no corresponde el balotaje, según la legislación boliviana.
La suspensión del conteo rápido motivó enérgicas protestas de la OEA, y del candidato opositor, que denunció manipulación por parte del gobierno y llamó a una movilización.
Los resultados definitivos recién se conocerán dentro de siete días. Este desarrollo no varía la situación de los otros candidatos, absorbidos por la polarización.
En tercer lugar se ubicó el pastor presbiteriano Chi Hyun Chung, de origen coreano, con 8,7% de los votos, por encima de Óscar Ortiz -con un estilo «a lo Bolsonaro»- a quien durante la campaña las encuestas proyectaban en tercer lugar pero que solo obtiene 4,3%, según estos primeros resultados.
Corresponde señalar que en la primera versión de esta noticia, con las cifras anteriores, destacábamos que faltaba computar mucho voto rural que, muy favorable a Morales.
De todos modos, frente a esta situación es probable, lamentablemente, que Bolivia no consiga evitar un problema común a nuestros países. Una sociedad dividida en dos sectores amargamente opuestos, que no reconocen la legitimidad del otro.
Mesa hizo una campaña centrada en el «voto útil» y en la necesidad de evitar que Morales se perpetúe en el poder.
Por su parte, Morales convocó en su cierre de campaña y desde las redes sociales: “Con el hermano Álvaro (el vicepresidente García Linera) pedimos cinco años más para aprovechar nuestra experiencia, terminar las grandes obras en petroquímica, hierro y litio y bajar la extrema pobreza a menos del 5 %”. “Mi sueño es que Bolivia siga siendo primera en crecimiento económico en Sudamérica. No me abandonen”.
Otro elemento en la campaña del actual presidente fueron las referencias a la crisis argentina y las comparaciones entre Mesa y Macri.
A los cómputos oficiales del escrutinio se puede acceder cliqueando aquí.