La segunda vuelta del 27 de octubre

Los números de este cuadro no son exactos. Seguramente, el escrutinio definitivo, en unas semanas, los modificará. Pero, también es cierto que los porcentajes que corresponden a las dos fórmulas mayoritarias no variarán por más de un 1%, si llega a eso.

Alcanzan, eso sí, para dejar claro que las PASO del 11 de agosto funcionaron como una primera vuelta electoral, porque resultaron en un claro ganador, la fórmula Fernández-Fernández, por una diferencia de 16 puntos.

La campaña de Juntos por el Cambio se dirigió entonces a sumar a todos los votantes que rechazaban o desconfiaban de quienes habían ganado en las PASO. Consiguió casi un 90% de los votantes que no habían participado en esas primarias y de los que abandonaron a las otras fuerzas. Mientras que el Frente de Todos sólo sumó poco más de un 10% de ese caudal para la elección general.

Esto no le alcanzó a Macri para ganar, pero reunió un porcentaje considerable de los votos, algo más del 40%, muy por encima de las expectativas previas.

En un plano más general, corresponde afirmar algo que por otro lado es obvio: en una sociedad polarizada como la argentina, la competencia presidencial tiende a ser un balotaje entre dos fuerzas principales. Las elecciones legislativas dan más espacio para la diversidad de opciones.

(El siguiente tweet, que se refiere a la transferencia de votos en las elecciones para gobernador en junio y la general en la provincia de Santa Fe, da una idea del fenómeno a que se refiere esta nota).

(Perotti fue el candidato a gobernador apoyado por los distintos sectores del peronismo, que triunfó en esas elecciones de junio. Bonfatti fue el candidato del Partido Socialista, que en las presidenciales prometió apoyar a Lavagna. Corral era el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio).