La Argentina no logra perforar el nivel de 30% de pobreza en niños y adolescentes, y en la actualidad la mitad está en esa condición, advierte un informe distribuido a nivel mundial por Unicef. Para descargar el informe, se accede desde aquí.
El trabajo sostiene que la principal deuda con la niñez está vinculada con la pobreza entendida como un problema estructural, que va más allá de la falta de ingresos.
En los últimos 30 años en la Argentina no se pudo perforar el 30% de pobreza en la población, sostiene. Alerta que en la actualidad, la mitad de los chicos y chicas es pobre.
Lo llamativo es que este deterioro social en la Argentina se produce a pesar de la gran cantidad de programas estatales dedicados a esa área clave.
Existen el Programa de Nutrición y Alimentación Nacional; la Ley de Protección Integral de las Niñas, los Niños y los Adolescentes; la Ley de Educación Sexual Integral; la Asignación Universal por Hijo; y el Plan Nacional de Primera Infancia.
Para Unicef, implicaron «grandes avances para garantizar los derechos y el bienestar de la niñez y la infancia», pero no alcanzaron a mitigar siquiera parcialmente el problema social.
Según lo vemos en AgendAR, no existe una contradicción. El crecimiento económico por sí mismo no garantiza la eliminación de la pobreza, ni siquiera su disminución. Hay ejemplos en países que llamamos desarrollados. Pero si no hay crecimiento, las mejores políticas sociales, con las mejores intenciones, no la disminuirán. En realidad, sin recursos, no es posible mantener estructuras estatales eficientes para combatir la pobreza y la exclusión. Y la economía argentina no crece desde hace 7 años.