Argentina y Brasil habían abierto un canal diplomático formal para destrabar la relación bilateral en vísperas de la asunción de un nuevo gobierno en nuestro país. Y poco después de la suba de aranceles de Estados Unidos para el ingreso del aluminio y el acero exportado por ambos.
El encargado de de dar la ocasión para este gesto fue el nuevo presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa quien coordinó la visita de una delegación del Parlamento brasileño con quien ocupa ese mismo cargo en Brasilia, Rodrigo Maia.
Los legisladores de Brasil llegaron el jueves a las 2 de la madrugada. Y se fueron ayer a las 16. Maia se reunió con Bolsonaro antes de viajar a la Argentina y lo mantuvo al tanto de la misión parlamentaria que arribó al país para descongelar la relación bilateral tras los cortocircuitos que aparecieron con el triunfo de Fernández en las elecciones y su apoyo explícito a la liberación de Lula da Silva.
Maia fue una pieza clave para acercar a las partes. Como presidente de la Cámara de Diputados de Brasil se encargó de bloquear el proyecto de resolución que impulsaba el hijo del presidente brasileño, como titular de la a Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional, contra el presidente electo de Argentina.
La agenda de la comitiva brasileña se dividió en dos. Por la mañana, Massa recibió a la delegación de diputados de Brasil, con quienes firmó la Declaración Parlamentaria de Buenos Aires. Su objetivo es mantener la cooperación en áreas estratégicas, con beneficios mutuos para trabajar en conjunto y celebrar 33 años de las firmas de actas de amistad para la integración argentino-brasileña.
La declaración abarca cuestiones como medio ambiente, salud, educación, cultura, turismo, ciencia y tecnología, energías renovables, defensa, energía nuclear, espacio y Antártida, entre otras. El gesto de Massa no fue menor. Su primer día de actividad oficial como presidente de la Cámara de Diputados lo dedicó a la relación bilateral con el país vecino.
La comitiva que llegó hasta el Salón de Honor de la Cámara baja fue multipartidaria y estuvo encabezada por Maia, acompañado por Aguinaldo Ribeiro (PP-PB), líder de la mayoría, Paulo Pimienta (PT-RS), líder del PT, Baleia Rossi (MDB-SP), líder del MDB, Elmar Nascimento (DEM-BA), líder de los Demócratas, Orlando Silva (PCdoB-SP), Sérgio França Danese, embajador de Brasil en Argentina y Marcelo Dantas, asesor de RRII de Maia. Por la Cámara de Diputados argentina, participaron Mario Negri, Álvaro González (Juntos por el Cambio), José Luis Ramón (Unidad y Equidad Federal) y María Cristina Álvarez Rodríguez (Frente de Todos).
Después del almuerzo con carnes en el Congreso, Fernández recibió a la comitiva en sus oficinas de Puerto Madero. Allí le agradeció a Maia haber frenado la mencionada declaración de repudio que impulsaba el hijo de Bolsonaro. “La relación entre las personas nunca puede estar por encima del vínculo de los países”, fue la frase que más repitió el presidente electo de la Argentina. Además le pidió a Maia que le transmita a Bolsonaro su “entera disposición para trabajar unidos por el bienestar de ambos países”.
Fernández aprovechó además para presentar a Felipe Solá como futuro canciller y a Daniel Scioli como el próximo embajador en Brasil. Ya en las oficinas de Puerto Madero también se sumó a la reunión Gustavo Béliz quien se interesó por desarrollar un programa bilateral de desarrollo en materia de ciencia y tecnología aplicado a la producción.
En cuanto a la suba de aranceles para el ingreso de aluminio y acero de Argentina y Brasil, decretada por Donald Trump, tanto Fernández como Maia acordaron poner en contacto a los Cancilleres para abordar acciones conjuntas. En la reunión, Maia aseguró que se había reunido con Bolsonaro para informarle su viaje a la Argentina y que el jefe de Estado de Brasil aseguró que no tomaría ninguna decisión unilateral en ese conflicto sin antes consultar al gobierno argentino. Coincidieron en que el conflicto probablemente no tendrá resolución hasta mediados del 2020.
Pero el presidente Bolsonaro confirmó que no vendrá ni enviará a nadie a la asunción de Fernández. La tensión sigue, probablemente por largo rato.