La deuda externa total de Argentina creció un 8,3% interanual, alcanzando un total de 276.686 millones de dólares, en el tercer trimestre de 2019, según el informe del Balance Pagos difundido esta semana por el INDEC.
Entre julio y septiembre de este año, la deuda aumentó en u$s 21.196 millones, respecto de los u$s 255.490 millones que registraba al final del tercer trimestre de 2018.
Este pasivo en moneda extranjera explica en su mayor parte las políticas a las que se ve forzado el actual gobierno. Como cualquier otro que estuviera al frente de la economía argentina. Al mismo tiempo, debe tomarse en cuenta que esa deuda no representa un % tan alto del Producto Bruto argentino, como en los casos de otros países que no enfrentan una situación tan apremiante.
La clave es que nuestro país ha perdido la posibilidad de renovar sus créditos voluntariamente. El «reperfilamiento» -esto es, la negociación con los acreedores- resulta ineludible.