Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, al menos dos bases aéreas, con tropas estadounidenses, en Irak han sido alcanzadas por más de una docena de misiles balísticos.
Por su parte, la televisión estatal iraní afirmó que el ataque es una represalia después de que el principal comandante del país, Qasem Soleimani, fuera asesinado en un ataque con aviones no tripulados en Bagdad, por orden del presidente Donald Trump.
El Pentágono dice que al menos dos sitios fueron atacados, en Irbil y Al Asad. No está claro si ha habido víctimas.
«Estamos al tanto de los informes de ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak. El presidente ha sido informado y está monitoreando la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en un comunicado.
Este es el tuit emitido ayer por Trump:
La reacción inmediata en los mercados globales fue la suba del precio del petróleo. En Nueva York cayeron los valores de las acciones. Pero en realidad los inversores, las cancillerías y los ciudadanos comunes están a la espera de lo que ocurrirá. El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, también tuiteó después del ataque que «Irán no busca escaladas ni guerra«. Pero, juzgando por los antecedentes y las amenazas inmediatas, la expectativa general es que EE.UU. responderá a su vez. Medio Oriente es un polvorín esperando la chispa.