La resolución 1 de este año 2020, publicada en el Boletín Oficial (cliquear aquí) aumenta levemente el control del Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas, sobre el ingreso de algunas mercancías, como motos, electrónicos y electrodomésticos. Algunos medios -como La Nación- la ven como un primer paso hacia el control de importaciones y la administración del comercio exterior. Desde otros sectores, se la ve como una medida tímida y burocrática. Como siempre, los resultados se verán en la práctica.
La norma asegura el mantenimiento del denominado SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones) creado en enero de 2018 por la AFIP para la gestión y tramitación de licencias de importación y se incluye en la licencia no automática unos 300 productos nuevos.
En el texto de la resolución se dice que «se ha identificado una serie de bienes respecto a los cuales, en función de la actual coyuntura económica, resulta indispensable evaluar sus respectivos flujos comerciales y grado de cumplimiento de las respectivas normas técnicas que les resultan aplicables, a fin de generar información que facilite el diseño eficiente de las políticas públicas a aplicar».
También sostiene que debe modificar resoluciones anteriores para «analizar y monitorear el flujo de importaciones, considerándose pertinente el establecimiento de plazos acordes a un seguimiento cercano a las corrientes comerciales en concordancia con los desafíos actuales».
Un punto novedoso es la instrumentación de un formulario que deberá presentar el importador en caso de haber inconsistencias. El Ministerio de Desarrollo Productivo reemplazó el robot informático, que registraba las explicaciones, por funcionarios de la Secretaría de Industria en una audiencia que se mantendrá con quién quiera traer mercancías incluidas en las posiciones arancelarias que queden bajo el régimen de licencia no automática.
Fuentes cercanas a Kulfas explicaron que ese sistema contemplaba que un 87% de las posiciones arancelarias (el nombre que llevan los productos en los términos del comercio exterior) ingresaban por licencias automáticas. En otros términos, casi sin «pedir permiso», mientras que aproximadamente un 12% se revisaba a través de un sistema digital. La norma sube el porcentaje de posiciones arancelarias que deberán contar con autorización a 14,8%.
En Industria negaron que se trataran de nuevas restricciones. «Sólo son la incorporación de unas pocas posiciones arancelarias a licencias no automáticas que seguirán administradas bajo el Régimen SIMI instaurado por la gestión anterior. Lo único es que la validez, o vigencia, de la licencia fue reducida de 180 días a 90 días», indicaron fuentes oficiales.
Cerca de Ariel Schale -titular de la Secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa- contaron que el total de posiciones arancelarias son unas 10.200 y que aquellas que tenían licencia no automática llegaban a 1200. «Nosotros estamos agregando unas 300 y llevándolas a 1500». Agregaron que dentro de las nuevas licencias no automáticas entran electrónicos, electrodomésticos, motos y algunos productos de madera que no estaban anteriormente.
«Ya venían pidiendo más información y demorando algunos trámites estos días», se quejaron, según La Nación, algunos industriales. Hubo consultas de los productores de plásticos y de autos.
En el ministerio insistieron en que no hay un cambio estructural en el comercio y no se trata de un retorno a las denominadas Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), el mecanismo que usaba el gobierno de Cristina Kirchner para frenar el ingreso de productos del exterior y que ocasionó cuestionamientos desde la Organización Mundial de Comercio (OMC) en tiempos del entonces secretario de Comercio Exterior, Augusto Costa.