Uno de los nuevos directores de ARSAT S.A., Facundo Leal, habló esta semana sobre las intenciones de la conducción que se ha hecho cargo de la empresa de soluciones satelitales del estado argentino.
«Leal dijo que el acceso a los datos es un «derecho» de todos los argentinos. Ese es el principal objetivo de la nueva gestión y que encararan este cometido con la puesta en marcha nuevamente de proyectos que fueron abandonados por la anterior administración.
El funcionario, de origen mendocino, aseguró que en línea con la política del presidente Alberto Fernández, la intención es cerrar la brecha digital y llegar «a cada pueblo, para que el prestador local llegue a cada casa, a cada persona».
Una de las estrategias que analizan es que la conexión, ya sea por fibra óptica o por satélite, llegue a cada punto del país dónde se distribuyan las tarjetas del Consejo contra el Hambre.
Al frente de Arsat, el Gobierno designó al físico PabloTognetti, uno de los ideólogos del plan satelital que puso en órbita los satélites Arsat 1 y Arsat 2. El directorio se completa con Leal, Guillermo Rus (quien también participó de la empresa en gestiones anteriores), y la ingeniera Anabel Cisneros, primera mujer en la conducción de la compañía.
Al igual que en otras empresas estatales, la nueva gestión encaró un relevamiento del personal, dado que en los últimos años la planta pasó de 450 personas a 700, de las cuales sólo 120 ingresaron el año pasado para las áreas comerciales y administrativas.
En cuanto a los resultados del relevamiento, fuentes de la compañía, dijeron que se encontraron con más personal administrativo que ingenieros.
Bajo la competencia de Arsat están la comercialización de los servicios que prestan los dos satélite en órbita, Arsat 1 y 2, la reserva de la posición orbital para un tercer satélite, la infraestructura para la Televisión digital Terrestre, así como la Red Federal de Fibra Óptica y el data center. Todos esos proyectos fueron encarados por Arsat antes del año 2012.»
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En estas declaraciones hay algo que falta -y es seguramente deliberado: No hay ninguna alusión al Arsat 3, el primero de los satélites geoestacionarios que el Congreso nacional aprobó poner en órbita, después de los Arsat -1 y-2.
Es comprensible: el Estado argentino está muy corto de recursos, y es cierto que Arsat emprendió antes de 2012, con la REFEFO, la tarea titánica de dar conexión por fibra óptica a todos los rincones del 8° país en extensión en el mundo. La hemos descripto en el capítulo final de Qué hacer con ARSAT.
Pero el lanzamiento de esos satélites, además de los recursos que pueden proporcionar por sí mismos, además del invalorable desarrollo de capacidades técnicas, hace a un activo intangible pero muy real, la «marca» argentina. El ser uno de los pocos países que pueden construir satélites geoestacionarios.