Ayer, 7 de febrero, el importante diario brasileño Folha de S. Paulo publicó con el titulo «Los mandos militares brasileños ven a Francia como amenaza en los próximos 20 años« un trabajo confidencial de su Ministerio de Defensa «Cenários de Defesa 2040», una encuesta realizada en 2019 en la Escuela Superior de Guerra entre 500 altos oficiales de sus tres Fuerzas Armadas sobre las hipótesis de conflicto en las siguientes décadas.
El copete de esa nota continúa diciendo: «A França, com sua renovada defesa da internacionalização da Amazônia, tomou o centro das preocupações da elite militar brasileira como principal fonte de ameaça estratégica para o país nos próximos 20 anos«.
El cónsul de Francia en San Pablo, Brieuc Pont, ya dijo «Uno no sabe si reír o llorar«. Como sea, también en las preocupaciones de los militares brasileños figuramos nosotros -por eso aparece en nuestros medios, que no perdonarían la ofensa de ignorarnos- pero ya no somos el enemigo favorito como hasta los ’80 del siglo pasado: se juega con la hipótesis de la instalación de una base china en nuestro territorio para 2034, pero se plantea presión diplomática por parte del Brasil, no una invasión armada.
Lo interesante de estas hipótesis de conflicto fantasiosas -que hacen todos los ejércitos del mundo, por otra parte- es lo que revela de los supuestos estratégicos actuales de los militares brasileños. Y también porqué un medio influyente de San Pablo, de Brasil, decide publicar un documento confidencial.
Para empezar, reproducimos la versión en nuestro idioma más fiel al original de Folha:
«Militares brasileños trazaron varios escenarios de posibles conflictos para 2040 en América del Sur, entre ellos un intento de China de instalar una base militar en la Argentina en 2034 y una avanzada de la «enemiga» Francia para crear una república indígena en la Amazonia brasileña, donde, según un documento del Ministerio de Defensa, podría instalarse una base de Estados Unidos.
El Ministerio de Defensa confirmó la existencia del documento, producto de consultas en todos los cuarteles del país, tanto del Ejército, Fuerza Aérea y Marina.
Varias hipótesis coinciden con los conceptos del presidente Bolsonaro, como la posible intención de Francia de ocupar la Amazonía más allá de la Guyana Francesa, para salir en defensa de los indígenas yanomamis, también en la frontera con Venezuela.
Francia sería el principal enemigo de Brasil en 2040, según el documento, luego de que en 2019 Bolsonaro y el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrentaron por los incendios amazónicos.
También en esas hipótesis están confirmadas las líneas bolsonaristas de diplomacia: Estados Unidos e Israel serán aliados militares y proveerán un escudo contra misiles balísticos a Brasil para defenderse de Venezuela.
El documento prevé también un escenario bélico entre Venezuela y Colombia y entre Bolivia y Chile, además de una invasión brasileña a la región oriental boliviana de Santa Cruz de la Sierra para proteger a los hacendados brasileños.
En el documento no faltan escenarios distópicos, como un ataque terrorista con armas biológicas en shows multitudinarios como Rock in Rio dentro de 20 años.
Respecto de la Argentina, el documento del Ministerio de Defensa indica que el principal socio regional de Brasil ya habrá superado sus crisis económicas y que Brasil logrará interceder para evitar que China instale una base militar en su territorio.
El documento dice que el escenario tiende a la bipolaridad entre China y Estados Unidos y que los estadounidenses lograrán instalar bases militares en la región, incluido el propio Brasil.»
En AgendAR remarcamos en primer lugar, un dato evidente: además de la imaginación, un tanto convencional, de los militares brasileños para explorar posibles conflictos, se nota mucha coincidencia con las ideas del presidente Jair Bolsonaro, que es, después de todo, un ex capitán del Ejército.
Y algo no tan obvio: los posibles motivos de Folha. No tenemos bastante información como para saberlo, pero es inevitable especular con el fastidio que círculos poderosos de San Pablo sientan ante el aperturismo ideologizado que se ha puesto en marcha en Brasil. Recordemos que las Fuerzas Armadas han sido los impulsores originales de la candidatura Bolsonaro, aunque también funcionen como la contención de sus impulsos más imprudentes.
A propósito, una pregunta inevitable: nuestro Ministerio de Defensa ¿no debería elaborar -con más prudencia que la mostrada aquí- los posibles conflictos que Argentina deberá encarar, participando o no- en esta década que comienza?