La unidad de las entidades que agrupan a los empresarios rurales en la Mesa de Enlace se rompió. La Federación Agraria Argentina, tras un intenso debate interno entre sus bases, dejó en libertad de acción a sus integrantes para que acompañen, o no, el paro de cuatro días en contra de la suba de retenciones.
Ayer la FAA dio un comunicado: «Federación Agraria Argentina entiende que entre sus representados hay diferentes posturas, por ello es que hasta el momento nuestra entidad no ha tenido posición oficial ante el cese de comercialización anunciado».
Podemos afirmar que esta decisión se tomó para evitar un quiebre interno y preservar la unidad de la entidad que preside Carlos Achetoni. La adhesión al paro convocado por la Mesa de Enlace había generado disputas internas en el seno de la entidad que nuclea a pequeños y medianos productores rurales.
Los referentes de la corriente interna Bases Federadas, Omar Príncipe y Jorge Solmi, sostuvieron que no fueron consultadas por la medida. «La entidad no ha convocado a ninguna instancia orgánica para adherirse al paro propuesto CRA».
«Ha sido una decisión solitaria de escritorio y aire acondicionado», lanzaron, redoblando la apuesta tildando a la dirigencia de la FFA de estar lejos de sus bases. Y agregaron: «No nos representa los 14 puntos de la Mesa de Enlace, tampoco nos sentimos representados por la protesta».
Esas diferencias internas resultaron en la ruptura con la decisión de la Mesa de Enlace y en una declaración de la FAA: «El sector no resiste más carga impositiva y si bien destacamos la segmentación lograda como política pública, la misma no representa el espíritu de frenar el desarraigo y que más productores queden fuera del sistema productivo. Entendemos que nuestro sector necesita un trato diferenciado más amplio que el ofrecido. Como así también la creación de un fondo de Fomento para Economías Regionales, las cuales se encuentran en situación terminal».
Durante al menos doce años -en realidad, más- las diferencias reales e importantes entre los intereses de los distintos sectores que se agrupan bajo ese término impreciso pero cargado de resonancias, «el campo»: pequeños y grandes productores, los dueños de la tierra y los contratistas, los fondos de inversión, todo el diverso mundo de los agronegocios, no impidieron que mantuvieran un frente unido. Ayer se abrió la primer fisura, y vale preguntarse si la ocasión lo justificaba, o, al revés, lo que requiere explicación es que esa unidad se haya mantenido tanto tiempo.