Pese a la campaña de los propios intendentes de los distritos de la costa atlántica -informada aquí en AgendAR- para que los turistas no vayan a Pinamar o Villa Gesell, cientos hicieron caso omiso a las recomendaciones y viajaron igual.
Este lunes ya se habían denunciado -hasta por el mismo presidente Fernández- las acciones de miles de turistas que viajaron a Monte Hermoso.
La postal de largas filas de autos en la ruta se repitió este miércoles en los ingresos a Pinamar y Villa Gesell. Las imágenes se viralizaron en las redes sociales y los intendentes de ambas localidades balnearias reaccionaron.
Este desafío a las reglas y la inconsciencia con la que se pone en riesgo a la salud propia y la de otros eran previsibles. No es una mayoría lo que hace esto, pero son bastantes. Y no alcanza denunciar, como se hace siempre, con monotonía, la «cultura del desprecio a la ley».
Es cierto que existe y está muy arraigada. Pero no es un característica genética. Surge de décadas en las que el Estado no se ha esforzado en hacer cumplir las leyes. Es posible que esta cuarentena obligatoria que se dispuso ayer sea un paso en el camino que debemos recorrer.