El Gobierno nacional publicó anoche el Decreto de Necesidad y Urgencia 346/2020, que dispone la postergación hasta diciembre de este año de los pagos de intereses y amortizaciones de capital de los bonos de deuda pública emitidos bajo ley nacional.
El año pasado el gobierno de Mauricio Macri había reperfilado -esto es, postergado los pagos- de las letras del Tesoro (LETE), que luego fueron re-reperfiladas por el ministro de Economía, Martín Guzmán, a 20 días de asumir.
El pago de estas letras se difiere nuevamente, y además se incluyen en principio en la postergación todos los bonos que vencían este año y otros títulos públicos, tanto capital como intereses. Los mayores vencimientos eran los Bonar 20 y 24, que debía pagar intereses y amortizaciones por US$ 4274 millones. El vencimiento previsto del Bonar 20 era el jueves 9, esta semana.
Mientras tanto, el gobierno continúa pagando normalmente los vencimientos de los intereses de los bonos emitidos bajo ley extranjera, que son títulos por 69.000 millones de dólares y están en negociación con los bonistas.
Las especulaciones sobre el impacto de esta medida en los mercados financieros y en esa negociación con los bonistas -en el marco de las extraordinarias circunstacias que ha creado la pandemia- ocuparán las páginas de los medios durante varios días. En lo inmediato, sólo cabe hacer aquí una observación obvia: postergar los pagos de las deudas contraídas bajo la legislación local es más fácil, y en el largo plazo, probablemente mucho menos costoso, que hacerlo con la deuda emitida bajo ley extranjera. La experiencia con el «buitre» Paul Singer ha dejado huella.
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