«Conferences» o «Jitsi», el soft libre para teleconferencias desarrollado por ARSAT SA, tardará un tiempo en ser accesible para el público general.
Con unos pocos hospitales argentinos grandes ya interconectados y unas 1500 «salas virtuales» operativas, hubo un aluvión de usuarios individuales asustados de las muchas denuncias publicadas contra Zoom por venta de datos personales a terceras partes. Ese aluvión estaba potenciado por el aislamiento de personas y familias durante la cuarentena, e hizo retroceder a ARSAT de su postura inicial de desafiar a Zoom con una plataforma nacional.
ARSAT, sin embargo, tiene mucho poder de fuego para ello. «Conferences» estaría apoyada por el mejor datacenter de la región (el de ARSAT), y con el respaldo de privacidad de datos que viene dando el estado argentino desde que hace una década se inauguró ese enorme edificio lleno de «servers» y sistemas de seguridad y refrigeración. Por ahora, «Conferences» irá reclutando usuarios en el sistema de salud pública y luego en el educativo, y se mantendrá probablemente así para no saturarse, al menos mientras no se levante la cuarentena sanitaria.
La versión gratuita de Zoom tiene múltiples fallas de seguridad. Las más sensibles: los mensajes no están cifrados «punta a punta», y un hacker puede introducirse con relativa facilidad en una teleconferencia. Hay otras plataformas seguras, pero no son gratuitas.
Pasada la emergencia sanitaria, ARSAT decidirá si conviene salir o no al mercado abierto con una plataforma del estado nacional. AgendAR está totalmente a favor de competir desde el estado contra Zoom, y contra quien sea. Hay que animarse. Hay la necesidad. Y hay con qué.