La frase que pronunció ayer a la mañana el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma, Horacio Rodríguez Larreta, sonó dramática y, quizás, prematura. Pero los números de nuevos contagiados en su distrito la refuerzan.
Que más de la mitad de los nuevos casos en un día se registren en una ciudad que tiene aproximadamente el 7% de la población argentina, puede deberse en parte a que se hacen más testeos por cada 100 mil habitantes que en el resto del país. Y otra causa es, sin duda, que la densidad demográfica es mucho más alta que en cualquier otro lugar del país.
Pero es prudente asumir que el «pico» de contagios, para el cual sirvió de preparación esta larga cuarentena de más de dos meses, se está aproximando. Si es así, en pocas semanas sabremos si la infraestructura sanitaria que se ha preparado, el coraje y los conocimientos de los hombres y mujeres de la salud y, también, las medidas de contros social como el aislamiento preventivo individual -y le colectivo, que se aplica en los barrios más vulnerables de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, nos habrán permitido evitar las acumulaciones de muertes que vemos en otros lugares del planeta.
Cuadro con los datos actualizados al 24/5/2020 por Juan Andrés Fraire @TotinFraire