Mercosur-Unión Europea: el parlamento de Holanda rechaza el tratado

El año pasado, antes del cambio de gobierno en Argentina, los representantes del Mercosur y de la Unión Europea cerraron las negociaciones sobre un tratado de libre comercio. Pero el texto entrará en vigencia recién cuando sea aprobado por los parlamentos de todos los países de ambos bloques.

Y algo que exige una aprobación de todos los parlamentos no parece ser tan fácil. Ya el año pasado el Parlamento austríaco y la región de Valonia (Bélgica) votaron en contra al tratado. Además, varios países se manifestaron en contra de dicho acuerdo hasta que el gobierno de Brasil deje de alentar los incendios y la deforestación de la selva amazónica.

Ahora es Holanda el país que se suma al núcleo en contra del acuerdo bilateral. Esta semana el Parlamento de los Países Bajos -el nombre correcto de Holanda- rechazó el acuerdo por mayoría simple, gracias al corrimiento hacia los votos opositores del partido ChristienUnie (Unión Cristiana), el más pequeño de los que forman la coalición de Gobierno.

El voto refleja el fuerte lobby agrícola en ese país. Los productores no confían en su ministro de agricultura, quien ha sostenido que el acuerdo se ajusta a los estándares sanitarios que prevé la legislación holandesa. La decisión tornará inevitable la presión sobre los gobiernos de Mercosur para reformular políticas comerciales y sectoriales para alinearlas con exigencias consideradas críticas por los gobiernos europeos, caso contrario, el tratado entre ambos bloques será letra muerta.

Ya en el mes de mayo, el Parlamento Europeo publicó un informe encargado por el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Sanidad Alimentaria (ENVI) a la funcionaria austríaca Cristina Müller, muy crítico del tratado. Se argumenta que los países del Mercosur no cumplen con los estándares europeos en materia sanitaria, ambiental y seguridad laboral.

La hostilidad a ese acuerdo está también arraigada en los productores agropecuarios y de agroalimentos de Francia, Alemania, Irlanda y España.

Frente a esta realidad, y al estímulo que la pandemia da a políticas proteccionistas en todo el globo, y aunque las autoridades de la Comisión Europea se han negado a considerar la posibilidad de una renegociación, en opinión de AgendAR esta será inevitable. O el tratado sera «cajoneado».

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