Miles de personas y empresas compraron y vendieron online por primera vez en su historia. El crecimiento fue mayor en las empresas de productos esenciales. Ahora, cuando la cuarentena se flexibiliza en la mayor parte del país, los locales vuelven a abrirse. Pero en AgendAR creemos que la tendencia no se detendrá. La posibilidad de contagios, y los altos alquileres juegan en esa dirección.
Entre los factores opuestos que supone la cuarentena para el comercio electrónico en la Argentina –consumidores alentados a incursionar en el mundo online por la imposibilidad de ir a un local vs. menores ingresos disponibles para hacer compras debido a la crisis- los números del sector muestran un escenario altamente positivo: el crecimiento en facturación en abril fue del 84% en comparación con un mes promedio del primer trimestre de 2020.
El crecimiento en las órdenes de compra fue del 38% y de un 71% en las unidades vendidas. Pero, además, casi 4 de cada 10 órdenes de compra en las tiendas provinieron de nuevos clientes, según las cifras del estudio realizado por Kantar para la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) en 86 empresas asociadas.
Los resultados marcan un despegue meteórico a partir del 20 de abril, momento en que quedó habilitada la venta minorista a través de e-commerce para todos los rubros: desde allí el impulso se aceleró con un incremento del 111% en facturación, 54% en órdenes de compra y 87% en productos vendidos.
“Los números se explican por los clientes habituales que incrementaron sus compras y las casi 4 de cada 10 órdenes de nuevos compradores”, sostuvo el presidente de CACE, Alberto Calvo, durante la presentación virtual del informe.
Los productos electrónicos fueron la estrella: su venta creció un 272% vs. una quincena promedio del primer trimestre, mientras que la indumentaria, que había sufrido una caída de casi 20%, revirtió la tendencia tras la apertura del canal online. Uno y otro, signados por la cuarentena por el coronavirus, ya que el aislamiento potenció el interés por computadoras y smartphones para facilitar el teletrabajo, o los aparatos de fitness para mantener el estado físico, mientas que rezagó la ansiedad por la compra de vestimenta (uno de los productos más vendidos fueron los cómodos joggings para estar en casa).
El crecimiento se profundizó en las empresas de productos esenciales y que nunca interrumpieron sus operaciones. En esos casos, la facturación registró un 149% más, con un incremento del 103% en órdenes de compra y un 182% en productos vendidos. Allí, el peso de las ventas del canal online saltó 10 puntos porcentuales (de 2% a 12%, en especial en los supermercados).
“No en término absolutos, pero podríamos decir que en oferta y en demanda el comercio electrónico en Argentina avanzó en las últimas seis semanas el equivalente a dos años”, según Gustavo Sambucetti, Director Institucional de CACE. Lo que significa que miles de personas y empresas compraron y vendieron por primera vez en su historia, una nueva ola que provocará un efecto permanente. “Cuando los comercios a la calle abran las ventas se repartirán, pero el piso quedará más alto”.
Incluso, pese a los inconvenientes de logística y entregas que motivaron quejas de los consumidores y que desde la Cámara atribuyen a un proceso lógico de sobredemanda. Calvo admitió que “el crecimiento no fue gratuito, el sistema no estaba preparado para una situación así y se generaron cuellos de botella. Pero además del volumen de pedidos, hay que tener en cuenta que el protocolo sanitario demora el armado y transporte de los envíos”.
En el e-commerce apuestan a que los hábitos adquiridos tras la irrupción del Covid-19 no volverán atrás cuando se inicie la «nueva normalidad». Para Sambucetti, uno de los grandes cambios que se produjeron y quedarán de aquí en más es que “antes los sitios de comercio electrónico tenían que salir a buscar a sus clientes, ahora la gente está yendo a buscar a los sitios”.