El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, volvió a anticipar que el Gobierno avanzará con la idea de implementar una «renta básica universal», y agregó que se comenzaría a implementar después de la tercera cuota del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
«Cuando se empiece a pagarse el tercer IFE, debemos generar un empalme que devenga en renta universal«, señaló Arroyo e indicó que la idea ya está siendo discutida con actores políticos, sociales y sindicales. La medida tendría lugar en el marco de un plan que será por etapas y que atenderá en primera instancia a quienes no tienen trabajo, con el fin de «paliar la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus».
«Es difícil hacer un pronóstico sobre cómo quedarán la economía y la sociedad a la salida de la cuarentena provocada por la pandemia. Pero tenemos claro que la gente que comenzó a recibir asistencia en este marco tendrá muchas dificultades, por eso es importante tener un ingreso de base para acompañarla en ese camino. Tenemos que demostrar la capacidad para reconstruir movilidad social ascendente».
Asimismo el ministro había adelantado a este medio que el «ingreso de base» debe estar relacionado con el mundo del trabajo y tener «asociación con los niveles de fiscalidad posible», y había destacado que «no se puede entender el problema social argentino sin vincular trabajo, ingresos y acceso a servicios».
Al referirse a cómo se implementaría esta renta básica universal, Arroyo dijo que la idea es «garantizar un ingreso de base para unirlo con planes para generar empleo, como el plan Potenciar Trabajo y, a su vez, con la urbanización de barrios populares».
Por otro lado, el ministro destacó que el pago de este ingreso universal será por etapas, dando prioridad a los sectores de menores ingresos, y atendiendo a quienes no tienen trabajo.»Por ejemplo, de los nueve millones que cobran el IFE, hay tres o cuatro millones de argentinos cuya situación económica ha caído mucho y allí debe estar el foco», aclaró Arroyo.
«En lo que llamamos la reconstrucción, nosotros la vemos con tres patas: la renta básica universal, que garantiza un ingreso; el Plan Potenciar Trabajo, que genera facilidades para insertarse laboralmente y la urbanización de 4000 barrios populares».
Al ser consultado sobre cuál podría ser el monto de este ingreso universal, Arroyo no brindó mayores precisiones al respecto, pero manifestó que a nivel mundial la referencia es el equivalente a un salario mínimo. De todas formas, el funcionario advirtió que se tendrá que analizar conjuntamente con la cuestión fiscal.
Actualmente el Estado tiene «mecanismos de transferencia» de recursos a los sectores más vulnerables a través del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), los planes sociales y la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Sobre si la iniciativa de generar una renta básica universal pasará primero por el Congreso, Arroyo estimó que «estas políticas por lo general primero se ponen en marcha y luego terminan transformándose en ley».
La insistencia del ministro Arroyo -quien fue puesto a cargo del programa de lucha contra el hambre por el entonces presidente electo Fernández, ya antes de asumir- en este tema parece indicar que este anuncio se hará realidad relativamente pronto.
La posición de AgendAR en este tema ya la expusimos: el trabajo no da sólo un sueldo, sino identidad y sentido de pertenencia. Que el ideal de una sociedad debe ser que todos sus miembros tengan trabajo, no sólo una asignación.
Pero eso no significa que ignoremos la dinámica de esta crisis global. El 15 de junio el gobierno español lanzó una página web ofreciendo pagos de hasta 1.015 euros a las familias más pobres. En el congreso de los Estados Unidos hay varios proyectos que establecerían algún tipo de ingreso universal.