Los argentino consumimos aproximadamente 118 kilogramos de carne al año. El consumo está liderado por la vacuna con 53 kg, aviar con 49 kg y porcina con 15 kg. De carne ovina se consume solo 1 kg. al año. Queda demostrado que el cordero tiene mucho por crecer. A modo de ejemplo, en Australia consumen 10,6 kg. de carne ovina y en Uruguay, 3 kg.
Cuello de botella en la comercialización
“La idea es no solo comer cordero a la cruz en alguna fiesta, sino tratar de tener un animal más pesado para trozar”, así lo expresó Almassio. En este sentido, cabe resaltar que hace aproximadamente un año, en el marco de la Ley Ovina, se creó el programa o mejor dicho marca “Cordero Argentino”, y uno de sus objetivos es que los consumidores tengan un acercamiento más directo con este tipo de producto.
«La carne ovina tiene todo para crecer. Hace falta articular la oferta y demanda”.
Uno de los temas en este camino de agregar valor y vender es tener constancia en el tiempo. Al respecto, ejemplificó: “Si alguien va a comprar paleta trozada a la carnicería, lo importante es que lo encuentre en la semana y que no sea coyuntural o estacional”.
En segundo lugar, ser interdisciplinario para aprovechar el negocio. En este sentido, reconoció: “Los productores podemos conocer tranqueras para adentro, pero tiene que haber gente capacitada que entienda de agronegocios, administración, y cobranza. Los productores no estamos preparados para eso, esa es la etapa que va a venir cuando tengamos armado todo esto”.
La carne ovina tiene mucho para crecer. Hay un potencial enorme y sobre todo, cuando hay cada vez más personas interesadas en consumir un producto «natural». “La mayor parte de la ganadería ovina es pastoril, y además, genera arraigo territorial porque se requiere gente para llevar adelante la actividad. Con nuestra marca queremos empezar a contar esa historia”, apuntó Almassio.