Ante las quejas por los costos que tuvo el plan de refinanciación de los saldos de las tarjetas de crédito que el gobierno dispuso al comienzo de la cuarentena, en el Central se inició una investigación para determinar si los bancos aplicaron correctamente el programa, que permitía pagar el saldo en 9 cuotas, a una tasa nominal del 43%, sin intereses punitorios, ni recargos.
En el BCRA no hay registradas denuncias de usuarios por la aplicación del plan de cuotas pero de todas maneras controlará que se aplique correctamente, indicaron. Y recordaron que si hay clientes de bancos con problemas, pueden realizar reclamos de manera online en la entidad.
Según un trabajo de la consultora CERX, hay cerca de 2,5 millones de hogares que entraron en ese esquema, que contemplaba tres meses de gracia y empezar a pagar recién en agosto. Los bancos tuvieron que aplicar en forma obligatoria y automática este plan a los usuarios que dejaron saldos pendientes de pagos al 30 de abril.
Pero algunos clientes notaron que las cuotas eran más altas que las prometidas. Cuando se lanzó el plan, el Central había dicho que, por cada $ 1.000 refinanciados se pagaría una cuota de $ 147, pero ese monto no contemplaba el IVA sobre intereses. Y, según indicó la consultora Victoria Giarrizzo, hubo gente que llegó a tener que pagar cuotas de $ 400 cada $ 1.000.
Además, la economista explicó que la cuenta es más compleja porque el IVA sobre intereses se paga sobre la deuda inicial, no sobre la deuda que va quedando.
Matías Tombolini, vicepresidente del Banco Nación, admitió que en el número inicial que dio el Banco Central, de pagar $ 147 cada 1.000 de deuda no contemplaba el IVA sobre los intereses. Pero explicó que no debería haber sorpresas en las cuotas. Dijo que por cada $ 1.000 de deuda, la primera cuota fue de $ 153,93 y la última será de $ 147,36 porque el IVA sobre los intereses son decrecientes. Así, por cada $ 1.000 financiados, se debería pagar un total de $ 1.357,02.
El problema con la llegada de los resúmenes de la tarjeta de agosto es que también arrastra los consumos de los meses de cuarentena en que muchas personas no pudieron trabajar y siguieron consumiendo con el plástico.
En julio, las deudas familiares (por el pago de tarjeta, servicios, préstamos, colegio o prepaga, entre otros) tuvieron un salto fuerte, debido a la continuidad de la pandemia y el agravamiento de la situación económica. La deuda bancaria creció 10%, según CERX. En julio, 12 millones de hogares quedaron debiendo algo.
La deuda total de las familias creció 16,3% en julio y alcanzó los $ 2.118.633 millones. Afecta al 87,6% de los hogares del país: es decir casi 9 de cada 10 personas. Frente a junio, 107 mil hogares más pasaron a tener deudas.
Cada familia adeudaba en julio $ 70.200 según el promedio de deuda no bancaria y $ 155.800 de deuda bancaria. En ambos tipos de deudas el crecimiento fue elevado ya que el 64,6% de los hogares no pudo cubrir sus gastos en julio. Los datos surgen de un cruce entre información del Banco Central y una encuesta entre 6810 hogares realizada por la consultora.