El Banco Central que preside Miguel Ángel Pesce decidió una batería de medidas para reducir la sangría de dólares que venían sufriendo las reservas.
La que está en los titulares de los medios y se refiere al mayor número de particulares: quienes quieran comprar dólares a partir de hoy miércoles 16/9 deberán pagar un nuevo tributo. Además del impuesto PAIS -que representa un 30% sobre la cotización oficial del billete-, pagarán un 35% de percepción a cuenta de Ganancias. Según la cotización del martes, cada dólar «ahorro» no bajaría de 130 pesos.
Las compras con tarjeta de crédito en el exterior se descontarán del cupo de 200 dólares mensuales para atesoramiento. Los consumos realizados en dólares hasta el 15 de septiembre no pagarán ese 35% de anticipo de Impuesto a las Ganancias, si los pagos ya están reflejados como efectuados en moneda estadounidense por las tarjetas de crédito. Los que se hagan desde hoy 16 de septiembre ya abonarán esa percepción.
En el caso de quienes pagan Ganancias y Bienes Personales, el excedente cobrado por sobre lo que tienen que pagar -si lo hubiera- les será reintegrado. En el caso de monotributistas o personas que no pagan Ganancias ni Bienes Personales, deben hacer el trámite en la AFIP. El organismo recaudador les devolverá en la cuenta bancaria que tengan informada.
En otras medidas, que seguramente afectarán a operaciones más importantes, el directorio del Central dispuso también que las empresas podrán acceder en el mercado único y libre de cambios al equivalente del 40% de sus obligaciones de deuda. Se fijaron además restricciones para el acceso a la operatoria de «contado con liquidación» a no residentes. En el Central creen que los extranjeros explican la mitad de las operaciones diarias de esa modalidad. Las autoridades suponen que los no residentes desarmarán sus posiciones en bonos que se usan para obtener dólares. Eso ayudaría, desde el ángulo oficial, a que la cotización del dólar que se obtiene a través de los bonos sea parecido al nuevo «ahorro».
El directorio del Central explicó en un comunicado que «tomó medidas para promover una más eficiente asignación de las divisas; evitar operaciones disruptivas de inversores no residentes sobre los mercados financieros; favorecer el desarrollo del mercado de capitales local; sentar los lineamientos para una renegociación de la deuda privada externa compatible con el normal funcionamiento del mercado de cambios, y priorizar a las pequeñas y medianas empresas en la asignación de créditos para la prefinanciación de exportaciones».
En opinión de AgendAR, estas medidas -forzadas por una situación de hecho: una demanda de dólares que es en realidad una fuga del peso, son demasiado complicadas. Necesitarán ajustes y reglamentaciones que las harán todavía más complejas y dificultarán su aceptación por la sociedad.
La intención es transparente: el Central no quiere devaluar, todavía más, el tipo de cambio oficial, el del dólar con el que se hacen las importaciones y las exportaciones, para no acelerar la inflación. Pero la sociedad argentina está tan «enganchada» con el valor del dólar y muchos precios de artículos de consumo se moverán con el dólar ilegal, el «blue».
El gobierno argentino deberá encarar, más temprano que tarde, un plan antiinflacionario en serio. Ya hemos dicho que no ignoramos el costo de esa política, aunque se encare con inteligencia y flexibilidad. Pero más costoso es el camino de la inflación alta y constante.
A. B. F.