Control del mar argentino – Cuales son los medios disponibles a corto plazo

Reproducimos información de la nota que preparó su editor Carlos Borda Bettolli para la publicación Zona Militar:

«Ante la noticia de que la masiva flota de pesqueros chinos ha puesto rumbo nuevamente hacia aguas del Atlántico Sur, surge el interrogante respecto a los medios aeronavales con los que dispondrá la Argentina a los fines de ejercer las Patrullas de Control de Mar y de esta manera evitar la explotación ilegal de los recursos naturales nacionales.

En estos meses de 2020, la Armada Argentina y la Prefectura Naval tuvieron bastante actividad: en menos de 15 días (entre los meses de abril y mayo) se logró la captura de tres buques pesqueros luego que los mismos infringieran los regímenes legales vigentes para la actividad.

Solo en los decomisos de cargas (que incluye gastos incurridos de la Armada y Prefectura) realizados a los dos buques chinos y uno portugués, se recaudaron 54,5 millones de pesos mientras que el monto de las multas impuestas por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura ascendió a 56,2 millones de pesos. Realizando un simple análisis, estamos ante cifras que cubren con creces los gastos que implican las mencionadas patrullas de control de mar, y que en un futuro se podrían ver incrementadas gracias a las modificaciones realizadas en la Ley 24.922 Régimen Federal de Pesca.

Pese a que todos los años se tiene que lidiar con esta problemática, los encargados de la toma de decisiones en la Argentina solo han podido brindar soluciones parciales ante las consecuencias que tiene la pesca ilegal en aguas argentinas. En el mes de agosto informábamos que «…pese a que no hay cifras exactas, entidades como la Organización para la Protección de los Recursos del Atlántico Sudoccidental calculan que las pérdidas económicas anuales rondarían los 1.000 millones de dólares, cifra no menor si consideramos que en 2018, la Argentina exportó productos pesqueros por un valor total de 2148 millones de dólares (489 mil toneladas)…» Y esto solo si lo analizamos desde el punto de vista económico, ya que el daño al ecosistema marino resulta a esta altura irreversible atento la continua explotación que sufre esta particular región del Atlántico sur.

¿Por que decimos soluciones parciales? Porque pese al endurecimiento de sanciones y multas, a la Armada Argentina y la Prefectura Naval se les sigue negando el acceso a herramientas que les permitan ejercer un efectivo control del espacio marítimo.

Sin ir más lejos, la constante desinversión a las que han sido y son sometidas las FFAA ha derivado en pérdida de capacidades esenciales tanto para las misiones centrales como para estas tareas de control. Países como Ecuador y Chile son un ejemplo reciente de los medios y actividades que demandan la vigilancia de flotas pesqueras.

Medios actuales.

El Informe brindado por el Poder Ejecutivo a la Cámara de Diputados en el mes de agosto no hizo más que reflejar la precaria situación de la Argentina: Limitados medios aeronavales, tanto de la PNA como de la Armada.

Para el caso de la PNA, se informaba que la fuerza contaba con cinco guardacostas de la Clase Halcón (dos acondicionamiento y modernización) y un guardacostas multipropósito, mientras que los medios aéreos del Servicio de Aviación de la Prefectura Naval Argentina se limitaban a tres aeronaves (dos C-212-300 y un King Air 350iER).

La situación de la Armada también distaba de ser la ideal, con solo tres unidades disponibles en la División de Patrullado Marítimo: El patrullero oceánico ARA «Bouchard» P-51, el aviso ARA «Bahía Agradable» A-23 y la corbeta ARA «Granville» P-33. Estos buques son usualmente reforzados con buques del Comando de la Flota de Mar. Por su parte, el Comando de Aviación Naval solo podía disponer de dos aeronaves, un Grumman S-2T Turbo Tracker y un Beechcraft B-200 Kin Air.

La mayor carencia se aprecia en medios aéreos de exploración de largo alcance ya que la flota de Lockheed P-3B Orión de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración se encuentra fuera de servicio desde hace un buen tiempo. Pese a la intención del COAN por retornar a condición de vuelo al menos a uno de sus Orión, los esfuerzos del Taller Aeronaval Almirante Zar han dado con novedades (fatiga de material principalmente) que requerirán una importante inversión de tiempo y dinero para su solución. Para el Orión que estaba en proceso de modernización en FAdeA, también se deberá aguardar ya que su finalización se ha incluido en el proyecto de presupuesto 2021. Esta situación se pudo haber mitigado de haber avanzado con la incorporación de los P-3C Orión norteamericanos, de los cuales se pusieron a disposición seis unidades vía el programa Excess Defense Articles junto con su respectivo paquete de actualización (vía FMS).

También se pudo haber avanzado en el refuerzo y mejoras de capacidades de los medios disponibles, ya que los mismos no disponen por ejemplo de sistemas tan básicos como resultan las plataformas electroópticas/IR estabilizadas para detección y seguimiento de blancos (tanto de día como de noche y en condiciones adversas). Con el supuesto impulso que se le pretende dar a la Industria de la Defensa nacional, no resulta descabellada la posibilidad de haber evaluado la incorporación de un pod como el POA de FixView en el Turbo Tracker o en el B-200 del COAN.

Dentro de un contexto desfavorable, la buena noticia es que se avanza con la construcción de los restantes patrulleros oceánicos. Recientemente pudimos informar sobre el avanzado estado de completamiento del ARA «Piedrabuena» P-52 así como de las otras unidades. De no mediar inconveniente, el P-52 se estaría incorporando a la Armada Argentina en el primer trimestre del 2021.

En paralelo también avanza un proyecto destinado a la modernización de las corbetas MEKO 140, el cual inicialmente fue erróneamente anunciado como una reconversión del perfil operativo de los mencionados buques. Los alcances del proyecto en estudio son más ambiciosos, ya que pretenden modernizar e incorporar nuevas tecnologías que también resultarían útiles para las tareas de control de mar.

Con una nueva temporada de calamar en ciernes, y con lo que será la presencia de una flota extranjera operando en los límites (o dentro) de la Zona Económica Exclusiva de nuestro país, no se puede pasar por alto que la mera presencia de medios aeronavales cumplen una doble función: disuasión y, llegado el caso, como elemento de aplicación de la ley. Como hemos reflejado en el artículo, queda una vez más en evidencia que los recursos disponibles para la salvaguarda del espacio marítimo argentino y sus riquezas siguen siendo insuficientes.»

VIAZona Militar