«Soguería». Las artesanías argentinas

Agustín Martínez se dedica hace 20 años al arte de la soga. Emprendedor y detallista, cura sus propios cueros y hasta elabora las piezas de plata que van en los cuchillos.

La soguería es uno de los trabajos artesanales más ancestrales de nuestro país, que consiste en el trabajo manual con cuero crudo para la elaboración de piezas y prendas. Agustín Martínez, un joven artesano de Parada Robles, es uno de los responsables de mantener con vida este oficio y con él, parte de la tradición.

Como sucede con muchos talentos y vocaciones, el de la soga de cuero le vino de herencia por su abuelo: “Tenía un campo en Ayacucho, provincia de Buenos Aires, y ahí fui viendo cómo lo hacían los peones, luego en los veranos que pasaba en Corrientes. Era todo muy rústico al principio y lo empecé a hacer como hobbie”, comenzó contando Agustín.

“Luego empecé a estudiar Agronomía, e iba a la par con la soga. Pero cada vez me encargaban más piezas, entonces a partir de los 20 años me dediqué de lleno a eso. No tuve profesor, fui aprendiendo con libros”, continuó diciendo.

Hoy, a sus 39 años, Agustín vive en Parada Robles, a 80 km de San Antonio de Areco, donde tiene su casa y su taller. Emprendedor y detallista, se dedica a la “soguería fina”, de desfile o urbana, y elabora fundamentalmente cuchillería y cinturones: “Un cinturón me puede llevar dos semanas enteras. Los cuchillos más grandes o más finos me han llevado un mes entero. Es una de las artesanías más antiguas del país y hay que darles el tiempo que merecen”.

Si bien se dedicó gran parte del tiempo a dar clases a varios alumnos, a medida que su negocio crecía tuvo que dejar de hacerlo por la falta de tiempo. “Hoy tengo un año y medio de demora en pedidos”, contó y detalló que sus trabajos los vende fundamentalmente en Argentina, pero también tienen mercado en el sur de Brasil, Uruguay y Chile.

“En estos últimos se hace soguería pero no están al nivel de Argentina. Hay un pequeño mercado en EEUU al cual exporto, pero en Europa no lo valoran como en otros lugares”, detalló.

Uno de los materiales que se usa en la soguería es el cuero crudo de vaca, novillo o toro. Agustín contó en detalle el proceso de «curado» que lleva a cabo él mismo: “Se lo saca del animal, se lo lonjea, se le saca el pelo. Hay distintas formas de hacerlo, puede ser a cuchillo, raspándolo con ceniza, en cada lugar se hace distinto. Una vez seco después con grasa y mediante unos pliegues y metiéndolo en una máquina, se soba, es decir, se ablanda. Por eso es cuero crudo, a diferencia de la suela, de la vaqueta, esto no lleva ningún químico.

“En un cinturón, lo que es el cuero en sí es ese cuero de vaca y después los dibujos, todos los ornamentos, se hacen con los tientos. Los tientos son como hilos de cuero “de potro”, pero puede ser de caballo, potrillo o de chivo. Por ejemplo cuando ves uno de los mangos de los cuchillos ves que tiene 120 tientos, que serían como 120 hilos de cuero”, detalló el artesano.

Consultado acerca de dónde consigue los animales, el soguero contó que en la zona donde vive hay muchos clubes con caballos de polo: “Tengo amigos veterinarios entonces cuando muere uno, me avisan, voy y lo cuereo yo, lo traigo a casa, lo sumerjo en agua con cal, lo dejo unos dias, el pelo se afloja, se lo raspa, se sale. Se lo deja unos días así y queda como un papiro”.

El artesano contó que el secreto está en el momento que se le quita el cuero a la vaca o al potro. “El tipo de cuero me dice para qué lo voy a usar. El cuero manda: no todo sirve para hacer una soga, un bozal o una rienda”,.

Dio un ejemplo: “En un caballo grande, la parte del lomo, los tientos más gruesos se usan para cosas más duras, como una trenza, para hacer más fuerza. La parte de la panza por ejemplo, es mucho más finita y se usa para otros trabajos como el cabo de un cuchillo”.

“Es más fácil conseguir el cuero de vaca, aunque después lleva más trabajo. En un frigorífico también se consiguen cueros frescos y después cada uno lo prepara”, agregó.

Tiento a tiento
Uno de los aspectos más destacables del arte de la soga es la dedicación manual que lleva, que ninguna máquina puede reemplazar. “Se puede usar una máquina para ojalar que es para hacer agujeros, pero después para coser los tientos se hace todo a mano. Como el tiento no es plano, no es uniforme, tiene distintos cuerpos y formas, tiene que ser sí o sí manual”, contó el soguero.

Consultado acerca de cómo lo “cose”, Agustín detalló que “cada tiento tiene medio milímetro de ancho. Uso una lezna, que es como una punta de una aguja con un manguito, entonces se levanta el tiento y se lo va pasando a mano. No se enhebran, se hacen tiento por tiento. No es solo la finura que hay que buscar sino los detalles y por eso hay que partir de un buen material, es todo bien casero”.

Además, elabora sus propios ornamentos en plata. “En un momento yo le encargaba a algún platero las terminaciones para los cabos o alguna hebilla y después se me dio por aprenderlo porque quiero que la pieza sea 100 % hecha por mi. Así que fui con un profesor y lo aprendí”.

Respecto a los cuidados y la duración de los cuchillos, el artesano detalló que requiere algunas indicaciones especiales y hasta subió un tutorial en sus redes para aprender a afilarlos. “No es un cuchillo para llevar al monte porque no te va a durar. Si lo cuidás, te va a durar toda la vida. El mango que es de tientos, de cuero, si lo dejás sobre la parrilla o sumergido en la bacha de la pileta se arruina. Si se mancha con sangre se puede limpiar”.

Vivir de la soga
Por último, la pregunta obligada es: ¿Se puede vivir de esto? Agustín explicó: “Cada vez hay más personas que se interesan en esta artesanía. Antes pasaba que muchos no podía vivir de esto porque no se pagaba lo que realmente salía, la cantidad de horas que llevaba. Hoy en día los trabajos se cobran entre 250 y 300 dólares por pieza”.

“Últimamente hay más sogueros, muy buenos, las redes sociales ayudaron mucho para poder mostrarlo. Obviamente que hay más mercado en provincia de Buenos Aires que en Santiago del Estero pero lo importante es ser bueno en la artesanía que hagas y los pedidos llegan”, concluyó.

VIAAgrofy News - Sofía Espejo