La idea que una persona que tiene determinado color de piel (en este caso, oscuro) y determinada ascendencia étnica (en este caso, madre tamil, padre jamaiquino) deba ser más o menos progresista o conservadora es prejuiciosa, racista y, sobre todo, ingenua.
Pero no cabe duda que Kamala Harris ha cambiado la imagen del típico Vicepresidente estadounidense.