El ministro de Economía confirmó que no habrá un cuarto pago del Ingreso Familiar de Emergencia ya que «hay que mantener ciertos equilibrios para proteger la actividad». También se extendió sobre los otros temas que están sobre en su esfera, pero no hay dudas que el del IFE es en este momento el que afecta más a los más vulnerables.
Guzmán explicó en una entrevista televisada que el Gobierno realizó el mayor esfuerzo durante el período más crítico de la pandemia de Covid-19. Aclaró que se guardan cierta flexibilidad de gasto en caso de que se produzca una segunda ola de coronavirus, como está sucediendo en Europa y en Estados Unidos.
Agregó que el objetivo para estos meses es sustituir a programas como el IFE por herramientas de asistencia más focalizadas. Un ejemplo de esta estrategia es la duplicación del monto de la Tarjeta Alimentar que anunció el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, hace algunos días.
Esas herramientas focalizadas deberán ponerse en marcha rápido. Entre abril y junio, los primeros tres meses de la pandemia y la cuarentena, se perdieron 3.757.000 puestos de trabajo, según informó el INDEC.
Sobre las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya misión ya está en el país, Guzmán aseguró que Argentina «negociará todo lo que haga falta para buscar el programa que más le sirva». En cuanto a las particularidades, reafirmó que la idea es conseguir un periodo de cuatro años y medio sin pagos.
El ministro recordó nuevamente el difícil escenario de endeudamiento que le tocó resolver a la gestión de Alberto Fernández. «Estamos resolviendo problemas profundos. La deuda externa era un gran problema que se resolvió», explicó y aseveró que «lo del FMI también es un problema profundo en el que se metió Argentina y nosotros estamos buscando resolverlo en el contexto de la pandemia que ha hecho las cosas más complejas».
En ese sentido, se refirió al reciente proyecto de ley que plantea la obligación de contar con la aprobación del Congreso para contraer nueva deuda externa ya que una decisión de tal magnitud debe «involucrar a los representantes del pueblo».
En respuesta a los cuestionamientos por el presunto ajuste que trae implícito la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, Guzmán lo desmintió rotundamente. «Ahora que esperamos que crezcan la economía y los salarios, mandamos una fórmula que busca aumentar el poder adquisitivo de los jubilados», sentenció.
Sobre las cuestiones técnicas de la fórmula, dijo que será muy parecida a la que se aprobó en 2008 durante el gobierno de Cristina Férnandez ya que «los ponderadores de salarios y actividad económica serán idénticos».
Paralelamente, aprovechó para criticar con dureza la anterior fórmula dictada en 2017. “Lo que hizo el Gobierno con las jubilaciones fue una estafa y un engaño. En el único año donde el país creció, cambiaron la fórmula. Buscaban licuar las jubilaciones», sostuvo.
En cuanto al sostenido declive que exhibió la brecha cambiaria -hasta ayer, que volvió a subir- entre el dólar oficial y los dólares paralelos durante los últimos días, Guzmán ratificó que tenían los instrumentos para enfrentar las presiones devaluatorias. Respecto de la suba de $ 13 que atravesó este miércoles el blue, aclaró que es un mercado muy pequeño y que hoy (por ayer) fue un día particular pero lo que importa es «la tendencia» y que la cotización bajó $ 33 desde su récord de $ 195.
Además remarcó que en los últimos días se intensificó la liquidación de divisas por parte del sector aceitero, lo cual significa un fortalecimiento para las reservas.
Sobre el impuesto a las grandes fortunas, el ministro explicó que el Gobierno «debe contener el esfuerzo fiscal» realizado en estos últimos meses y que, para ese objetivo, «tiene sentido una contribución extraordinaria» de los que más tienen. Sin embargo, aclaró que el Gobierno respetará «los tiempos del Poder Legislativo, que ha jugado un rol muy importante y muy positivo durante la pandemia».