El mundo despide a Maradona. Los que aman al fútbol lo lloran

25/11/2020, estadio del Bayern Munich

Aquí en Argentina se siente su partida como en ningún otro lugar, porque muchos, muchísimos aman su rebeldía y su insolencia. Parte de nuestra identidad.

El adiós en Nápoles también es especial, porque allí se mostró no solamente como un jugador fuera de serie, uno entre los muy pocos en la cima del fútbol de todos los tiempos, sino que tenía algo más grande y raro, la capacidad de inspirar y conducir a un equipo humilde y derrotar a los «grandes».

Pero lo que hace pensar es que en todo el mundo que disfruta del fútbol, en la mayoría de los países, el nombre de Maradona resuena con admiración y respeto. El argentino más conocido y admirado…

Arriba hay una imagen de anoche del estadio del Bayern Munich. Aquí, la tapa de los diarios franceses:

La despedida de Emmanuel Macron tiene la elegancia francesa: «La mano de Dios había puesto a un genio del fútbol en la tierra. Ella simplemente nos lo quitó, con una gambeta imprevista que engañó a todas nuestras defensas. ¿Quería, con este gesto, zanjar el debate del siglo: es Diego Maradona el mejor futbolista de todos los tiempos? Las lágrimas de millones de huérfanos le responden hoy con dolorosa evidencia.

El presidente de la República saluda a este indiscutible gobernante de la pelota redonda que tanto han amado los franceses. A todos los niños que ahorraron para completar el álbum de México 1986, a todos los que intentaron negociar con su pareja para bautizar a su hijo Diego, a sus compatriotas argentinos, a los napolitanos que dibujaron frescos dignos de Diego Rivera con su efigie, a todos los amantes del fútbol, ​​el Presidente de la República envía su más sentido pésame. Diego se queda

Los presidentes de la República Francesa tienen quien les escribe. Pero me parece mejor cerrar con el homenaje de sus pares, los que se enfrentaron con él en la cancha. Entre muchos, lo dijo el poderoso AC Milan, y lo subieron a Twitter los Diablos Rojos de Bélgica: «Fue un honor competir contigo, Diego»