UEVA YORK (Reuters).- La empresa farmacéutica británica AstraZeneca anunció que investigará la combinación de su vacuna contra el coronavirus con la vacuna rusa Sputnik V, una medida que científicos rusos ya habían sugerido que podría aumentar considerablemente su eficacia.
Los desarrolladores de la Sputnik V sugirieron en Twitter el mes pasado a AstraZeneca que probara la combinación. «Sputnik V se complace en compartir uno de sus dos vectores basados en el adenovirus humano con AstraZeneca para aumentar la eficacia de la vacuna de AstraZeneca. El uso de dos vectores diferentes para dos inyecciones de la vacuna resultará en una mayor eficacia que el uso del mismo vector para dos inyecciones«, habían dicho desde el Instituto Gamaleya el 23 de noviembre.
En su comunicado, AstraZeneca dijo que está considerando cómo podría evaluar las combinaciones de diferentes vacunas, así como que pronto comenzará a explorar junto al Instituto Gamaleya de Rusia, que desarrolló la Sputnik V, si dos vacunas basadas en el virus del resfriado común podrían combinarse con éxito.
Los datos publicados en The Lancet esta semana mostraron que la vacuna de AstraZeneca, que está desarrollando junto con la Universidad de Oxford, tiene una eficacia media del 70,4%, basada en un análisis combinado de datos provisionales de ensayos de fase avanzada.
Rusia ha afirmado que la Sputnik V tiene una eficacia del 92% en la protección de las personas contra el Covid-19, según los resultados provisionales de los ensayos.
Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano de Rusia RDIF, que ha financiado la Sputnik V, dijo: «Esto demuestra la fuerza de la tecnología de la Sputnik V y nuestra voluntad y deseo de asociarnos con otras vacunas para luchar juntos contra el Covid».
Observaciones de AgendAR:
Este desarrollo debe verse no sólo en el marco de la pandemia más importante que hasta ahora nos ha golpeado a los humanos en este siglo. También en el de la febril competencia entre los gigantes de la industria farmacéutica por un mercado de miles de millones de usuarios. Y entre los países que desarrollan las vacunas por el prestigio y las oportunidades de «poder blando» que representan. Todo esto puede ser lamentado, o no. Pero no debe ignorarse.
Los datos claves son: AstraZeneca, y la Universidad de Oxford, son instituciones de altísimo prestigio. Es importante tener en cuenta que su vacuna ha sido, hasta ahora, la única que publicó sus ensayos clínicos en una publicación médica, sometidos previamente a la revisión de expertos de distintos países. Al mismo tiempo, esos resultados no han sido tan brillantes como los que anuncian sus competidores. Y muestran algunos aspectos que todavía no tienen explicación: una dosis aparece como siendo más eficaz que dos.
Del otro lado, por todo el merecido prestigio de la ciencia rusa, no tiene patentes de nivel comparable en el campo de los medicamentos, como ha sido señalado en AgendAR. Y no ha dado precisiones sobre sus ensayos a observadores extranjeros. (Esperemos que los funcionarios de nuestro país que hoy viajan a Moscú tengan acceso a ellos).
En todo caso, hay algo cierto: AstraZeneca no habría hecho este anuncio si no tuviera buenas razones para creer que la combinación de ambas vacunas promete ser eficaz.
Para Argentina es una buena noticia. Ha comprado la vacuna Sputnik V -es uno de los 4 países latinoamericanos, junto a Brasil, México y Chile, que pudo comprar alguna de las vacunas de aplicación inminente, sin tener que depender del COVAX, el mecanismo de la ONU para su distribución- y sus desarrolladores rusos han sugerido que podría producirla en su territorio.
En cuanto a la de AstraZeneca, ya tiene contratada su producción, en la planta que el Grupo Insud tiene en Garín.
De todas maneras, las decisiones sobre este asunto se tomarán en Moscú y en Londres. Conviene que nuestros funcionarios estén alertas.