Biden detiene nuevas perforaciones de fracking, pero no lo prohibe

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, suspende nuevas perforaciones de hidrocarburos en terrenos federales y convocará una cumbre climática para abril. La decisión no afectará los contratos ya existentes.

Estados Unidos se comprometería, además, a proteger el 30% de las tierras y aguas federales para 2030, con el fin de detener la pérdida de biodiversidad, según la información dada por la Casa Blanca.

El nuevo gobierno busca «convertir el cambio climático en una prioridad» de su política exterior y la seguridad nacional. La administración quiere también resucitar un consejo presidencial de asesores científicos y otro que dirija la toma de decisiones científicas en las agencias federales, así como pedir a las agencias que inviertan en áreas vinculadas económicamente con los combustibles fósiles y ayudar a las comunidades afectadas por daños ambientales. Casi una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono estadounidenses provienen de la generación de energía en tierras públicas, según un informe del gobierno de 2018. La extracción de combustibles generó 11.700 millones de dólares de ingresos en 2019, según datos oficiales.

Con estas medidas, Biden se acerca a sus compromisos de campaña de dejar de usar combustibles fósiles y llegar a la neutralidad carbono en el sector energético en 2035 y en toda la economía en 2050.

La ONG Oceana ha pedido a Biden que vaya más allá y convierta la moratoria en las concesiones en una prohibición. La organización publicó un análisis en el que revelaba que en caso de detener permanentemente las perforaciones en aguas federales se podrían evitar más de 19.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero y más de 720.000 millones de dólares en daños a las personas y el medioambiente.

Paralelamente, las medidas previstas por el gobierno han provocado indignación en parte de la industria de los combustibles fósiles. «Restringir el desarrollo en tierras y aguas federales no es más que una política de ‘importar más petróleo'», dijo Mike Sommers, presidente y director ejecutivo del American Petroleum Institute. «La demanda de energía seguirá aumentando, especialmente a medida que la economía se recupere, y podemos optar por producir esa energía aquí en Estados Unidos o depender de países extranjeros hostiles a los intereses estadounidenses».

 

VIADeutsche Welle