En el 2020, la televisión abierta perdió encendido y espectadores de modo mucho más pronunciado que los años anteriores, según indican las mediciones del rating. Las causas son el persistente aumento del consumo de contenido en plataformas y la falta de estrenos de ficción.
Llamativamente, el año de la pandemia empezó con un repunte significativo: en abril del 2020, con una audiencia expectante frente a las novedades de la pandemia y las cadenas nacionales presidenciales que anunciaban cambios en el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, el encendido había subido un 30% en las principales ciudades del país.
Sin embargo, puestos a hacer un balance, el Observatorio Interamericano de Ficción Televisiva a partir de datos de Kantar Ibope -realizados en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires- observa para 2020 un declive significativo tanto en el rating como en el share en los canales de aire de CABA y el área metropolitana:
Telefé, por ejemplo, pasó de un promedio en 2019 de 7.6 puntos de rating, a 5.4, Canal 13 de 6.7 a 4.6. La caída más abrupta se dio en la TV Pública, que pasó de 1 punto de rating promedio -tal el exiguo número que dejó la gestión macrista en el canal- a 0,5: es decir, redujo a la mitad la cantidad de espectadores.
En este caso, es posible que la oferta educativa de la TV Pública con el programa “Seguimos Educando”, que ocupó varias horas de la programación cotidiana, requiera diversas formas de evaluación además del rating. Igual, el canal estatal no recuperó los atractivos que habían incrementado su audiencia años anteriores como 2014 o 2015.
Si se toma el rating acumulado anual de los 6 canales, el cálculo realizado por Obitel indica que la caída general de la audiencia de la televisión abierta argentina fue del 33 por ciento respecto del 2019.
En cuanto al share, el número que mide el porcentaje del encendido de televisión de aire y cable que corresponde a cada canal, Canal 13 tuvo la caída más significativa.
La televisión abierta viene perdiendo rating de manera persistente en manos de otras formas de consumo de contenidos audiovisuales, especialmente las plataformas, que potencian su crecimiento. Por dar un ejemplo, en 2020 Netflix sumó 37 millones de suscriptores a nivel mundial.
En Argentina, según el informe de Ámbito Financiero, Flow mostró un aumento de 250% en el tiempo que los hogares destinan a su consumo.
Según Ezequiel Rivero, becario Conicet e investigador de Obitel, estos números se explican, en parte, por la ausencia de ficción nacional de estreno: “Si bien en 2020 se emitió un 62% más de horas de ficción que el año anterior, fueron en su mayoría reposiciones de programas nacionales ya emitidos o títulos importados. Las latas brasileñas o turcas obtienen resultados dispares en cuanto a audiencia, pero las más exitosas son en ocasiones productos de corta duración con mayores limitaciones para fidelizar audiencias por periodos largos de tiempo”. Rivero marca un contraste rotundo en el estreno de ficciones en 2019 y 2020: “La retracción viene desde hace una década, pero el año pasado se estrenaron apenas 42 horas de ficción local, contra 371 del año anterior”.
Mención aparte merecen las noticias, cuya producción aumentó en el 2020 un 3% y representaron un 17% del total de horas emitidas por los seis canales de aire: “Sin embargo, el aumento en la oferta de horas no se corresponde con un mayor consumo, salvo en los meses de marzo y abril cuando los noticieros de todos los canales incrementaron su audiencia”, destaca Rivero.