Es curioso, pero nuestro país parece sufrir y gozar de un destino similar en las dos decisiones más importantes que su gobierno ha tomado para enfrentar la pandemia del coronavirus.
La vacuna Sputnik V, del Instituto Gamaleya, enfrentó problemas para su aprobación, aquí y en el exterior, por la ausencia de datos publicados. Ahora se está lentamente formando conciencia, también aquí y en el exterior, que se trata de una de las mejores opciones, por seguridad y eficacia, por precio y por facilidad de distribución. Pero se presentan dificultades en la fabricación, que han obligado a postergar las entregas prometidas.
Este sube y baja se repite con la vacuna «de Oxford», del prestigioso laboratorio AstraZeneca. Eligió a Argentina como uno de los países donde se iba a fabricar la vacuna, con lo que representa como espaldarazo para las capacidades de nuestro país. Pero algunos errores serios en la presentación de los ensayos, demoraron su aprobación. Y se cuestionó su eficacia para los mayores de 65 años. Y también sufrió las dificultades en la fabricación, que hicieron que postergue entregas en la Unión Europea.
Ahora tocan, parece ser, las buenas noticias: informa la agencia Deutsche Welle que un estudio, realizado en Oxford, y que aún debe ser revisado por sus pares antes de publicarse, señala que las personas vacunadas por la de AZ, no sólo están protegidas contra síntomas graves de la enfermedad, sino que tienen menos probabilidades de contagiar.
«La vacuna puede así tener un «enorme impacto» en términos de transmisión», afirmó ayer miércoles el director del proyecto, Andrew Pollard.
Ojalá se confirme. Como la oferta que hizo llegar a nuestro gobierno: la entrega de 580.000 dosis en los próximos días. En la Casa Rosada y en el Ministerio de Salud no se han precipitado a aceptarla, sin embargo. El que se quema con leche…
Pasamos a la información de la periodista Maia Jastreblansky.
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«Desvelado por la necesidad de conseguir vacunas en febrero para no crear un «bache la campaña de vacunación, el gobierno analiza un acuerdo con AstraZeneca para conseguir una partida anticipada y «extra» de 580.000 dosis durante este mes.
Según señalaron fuentes del sector privado, la semana pasada, directivos de AstraZeneca se reunieron con autoridades sanitarias en el Ministerio de Salud y le acercaron la posibilidad de anticipar una partida adicional para febrero.
AstraZeneca siempre se había comprometido a entregar sus dosis a partir de marzo. Pero en este caso ofreció una partida anticipada de 1.200.000 dosis, de las cuales 580.000 llegarían en febrero. Sería un acuerdo «on top», es decir, adicional a los 22,4 millones que se pactaron en el contrato inicial y también por fuera de las que recibirá la Argentina a través del mecanismo Covax.
El Gobierno debe definir si acepta esta opción que acercó AstraZeneca. Hoy, en su disertación frente a Diputados, el ministro de Salud, Ginés González García deslizó: «Tenemos 22,4 millones de dosis de AstraZeneca aseguradas y van a sumar 1.200.000».
Las dosis que ofrece el laboratorio provendrían de la red global del suministro de AstraZeneca y se acercan a la Argentina porque el país aprobó la vacuna tempranamente.
El principio activo de la vacuna de Oxford-Astrazeneca es fabricado en la Argentina por el laboratorio Insud. Esa etapa ya fue culminada y enviada a México para su dosificación, envasado y certificación. En el contrato original el Gobierno apuntó el siguiente cronograma: 1,1 millones en marzo, 4,6 millones en abril, 4,6 millones en mayo, 3,4 millones en junio y 8,5 millones en julio.
Sin embargo, la semana pasada, Hugo Sigman, el titular del laboratorio Insud, estuvo en la Casa Rosada. Tras su paso, los funcionarios se ilusionaron con tener alguna partida anticipada. Luego llegó la oferta concreta de AstraZeneca.
En Europa, AstraZeneca tuvo problemas con varios países por incumplimientos en las entregas. Los términos de los contratos son confidenciales, pero según el diario La Vanguardia, en el primer trimestre debía entregar más de 100 millones de vacunas, pero solo aportará un 25% del total. Esos inconvenientes, según fuentes del Gobierno, no afectarían la provisión ni en la Argentina ni en otros países de América Latina.
Por otro lado, la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca y la Universidad de Oxford no se usaría para inmunizar a los mayores de 65 años en buena parte de Europa porque un número creciente de comités científicos se van sumando a la recomendación de aplicar este fármaco solo a los menores de esa edad. Francia, Alemania, Polonia, Austria, Suecia, Italia y Países Bajos se posicionaron en contra de vacunar a los mayores, pese a que la Agencia Europea del Medicamento autorizó su uso en mayores de 18 años, sin establecer un límite de edad. Ayer la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, dijo que en la Argentina aún esta recomendación para mayores se está «analizando».