Se trata de una vacuna contra COVID-19 elaborada por el Instituto Serum, con transferencia de tecnología de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, cuyo inmunizante ya había aprobado Argentina.
El Ministerio de Salud autorizó «con carácter de emergencia» el uso de la vacuna contra la covid-19 Covishield, producida en el Instituto Serum de la India, según una resolución publicada en el Boletín Oficial.
La autorización ileva la firma del ministro de Salud, Ginés González García. El decreto destaca que la Covishield «resulta del desarrollo del proceso productivo realizado por el Serum Instituto of India en colaboración con la Universidad de Oxford y AstraZeneca, en el contexto de una transferencia de tecnología».
Su aprobación se centró en «determinar que dicha transferencia (de tecnología) no impacta en la calidad, seguridad y eficacia» del producto que ya ha sido aprobado por 12 países, además de la autoridad sanitaria de India.
El decreto indica que «no se han presentado eventos adversos graves ni se han identificado diferencias significativas en la eficacia observada en los diferentes grupos etarios que participaron de los ensayos clínicos».
«Cumple estándares requeridos»
Los análisis realizados concluyeron «el cumplimiento de los estándares requeridos por la autoridad regulatoria de las plantas elaboradoras, el desarrollo y la elaboración de los productos, su certificación en el país de origen y el cumplimiento de los estándares de calidad, accediendo a información sobre su seguridad y eficacia, así como a la que indica que no se han presentado eventos adversos graves».
Tampoco se han identificado diferencias significativas en la eficacia observada en los diferentes grupos etarios que participaron de los ensayos clínicos.
Como indica el decreto, es una medida de emergencia. Y la emergencia surge de los límites de la fabricación de vacunas, frente a la demanda mundial. Es una medida acertada para el corto plazo, y nos da una alternativa inmediata a la Sputnik V. Así, es de esperar que en febrero y marzo Argentina pueda poner a «toda máquina» su campaña de vacunación.
En un plazo más largo, Argentina debe convertirse en un fabricante de vacunas, como lo consiguió la India. Nuestro país tiene las capacidades humanas para ello.