Andrés Kreiner aclara sobre la extensión de vida de la Central nuclear Embalse

El Secretario General de la Asociación de Profesionales de la CNEA y la Actividad Nuclear nos ha hecho llegar el siguiente comunicado:

«LA PATRIADA DE LA EXTENSIÓN DE VIDA DE EMBALSE

En estos días tomamos conocimiento de afirmaciones que hizo el señor Lucas Castiglioni, hasta ese momento director de NA-SA, Nucleoeléctrica Argentina y ex concejal de Zárate, en el marco de un reportaje hecho por OETEC. Lamentamos que un medio relevante como ha sido OETEC, de un tiempo a esta parte solo difunda las ideas de un solo color.

Frente a la pregunta: Algunos expertos sostienen que la tecnología CANDU fortalecería la industria nacional…, Castiglioni responde:

“Respecto del Reactor CANDU, la Argentina cuenta con un amplio conocimiento de dicha tecnología y ha logrado realizar la extensión de vida de la central Embalse. Sin embargo, respecto a este punto me parece importante desmentir dichas afirmaciones referidas a que el desarrollo de la tecnología CANDU localizaría más de un 70% de componente nacional. Esto significa básicamente que de cada 100 dólares de inversión, al menos 70 dólares reingresarían a la industria nacional. Basándome en datos del balance general del proyecto de extensión de vida de la central nuclear Embalse, sobre el costo total de 2150 millones de dólares, sólo el 19,84% correspondió al componente nacional.

“De todas maneras, ese 20% es muy útil para nuestra industria nuclear, con lo cual, de conseguir financiamiento para construir un reactor CANDU (que hoy no existe), podríamos reactivar dicho proyecto cancelado por la gestión macrista. Desde Nucleoeléctrica Argentina continuamos trabajando y tenemos en carpeta todas las posibilidades, preparados para alinearnos con las decisiones que se tomen desde el Gobierno Nacional.”.

Realmente sorprende la temeridad con la que el señor Castiglioni da el porcentaje de participación nacional en el Proyecto de Extensión de Vida (PEV) de la central nuclear de Embalse. Nos informa que el número es 19.84%. Ya dar este número con dos decimales es un despropósito y revela el total desconocimiento de la naturaleza de la tarea. Es como cuando un estudiante de ingeniería o de física de primer año se le da una regla graduada en milímetros para que mida una longitud, y nos devuelve un número con una precisión de un micrón…

Nos proponemos entonces rebatir esa afirmación que trata de bajar el precio de la participación nacional en una actividad madura y exitosa. Antes de acometer lo que fue una reconstrucción prácticamente total de Embalse, el Programa Nuclear Argentino pasó por obras muy complejas, como ser:

  • Atucha I (40% de participación nacional),
  • Embalse (67%)
  • Atucha II, 2da etapa (93 %),

Minimizar la proeza que significó darle a nuestra central CANDU 30 años más de vida útil, con un gran trabajo coordinado entre el Estado y el sector privado, no es sólo un sinsentido. Es también una gran torpeza.

Como dato adicional, el proyecto de terminación de Atucha II, otra de las grandes epopeyas del sector nuclear, insumió 3.380 millones de U$S equivalentes desde su inicio en el año 2006 hasta su PEM (puesta en marcha) y entrega en diciembre del 2014.

Estos dólares no se insumieron como tales: solo el 7 % de esta suma (237 MM U$S) se pagó en dólares por compra de bienes y servicios en el exterior. El 92,5% de la inversión, 35.380 millones de pesos actualizados a diciembre 2014 se volcaron íntegramente a la economía nacional.

Pero volvamos al PEV de Embalse: esto es lo que informa al respecto la cámara de los industriales metalúrgicos, ADIMRA, en una conferencia dictada por el Ing. Ricardo Bernal Castro, Presidente de la Comisión Nuclear Metalúrgica de esa asociación. Su charla tuvo lugar el 03/10/2018 en el Centro Argentino de Ingenieros.

Dijo Bernal Castro que la participación de la industria metalúrgica nacional en el PEV de Embalse alcanzó casi el 100% de los suministros electromecánicos, tales como:

  • 4 generadores de vapor y los tubos para los mismos.
  • 395 tubos de presión y de calandria.
  • 760 alimentadores para tubos de presión.
  • Intercambiadores de calor para el sistema principal del moderador.
  • Tapones” de canales de tubos de presión.
  • Soportes de los alimentadores de canales combustibles.
  • Válvulas y bombas.
  • Piping y accesorios.
  • Tubos de acero inoxidable y tubos para generadores de vapor.
  • Precalentadores. Servicios de ingeniería y montajes electromecánicos.

Según Bernal Castro y ADIMRA: “La conclusión más importante del Programa de Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse es que la fabricación local e instalación de equipos y componentes confirma que Argentina se encuentra en condiciones de construir una central nuclear de potencia de tecnología CANDU, fabricar casi la totalidad de los componentes nucleares y convencionales, con la excepción de la turbina, bombas del primario, y parte del piping.

Por otro lado en unas jornadas realizadas por APCNEAN (Asociación de Profesionales de la CNEA y la Actividad Nuclear): JORNADAS APCNEAN SOBRE ENERGÍA NUCLEAR EN ARGENTINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO, en junio de 2019 , en una ponencia dada por algunos de los máximos especialistas de Embalse, R. Sainz, G. Diaz, P. Luna, se afirmó que:

  1. El 95% de los componentes del reactor fueron fabricados en la Argentina.
  2. El 97% de participación de la mano de obra fue nacional.

Es evidente que el señor Castiglioni ha usado un método equivocado para evaluar lo que se considera un producto hecho en Argentina.

Está claro que la producción de bienes industriales tan complejos como una central nuclear requiere siempre de algunos o muchos insumos importados. Casi ningún país produce todo lo que necesita, incluidos Francia, China, Corea y la India.

En la industria nuclear argentina hay insumos como aceros especiales, materiales especiales no ferrosos o componentes electrónicos (entre otros), que no se fabrican en el país, o al menos ya no se fabrican.

Lo importante es saber si el valor final del producto (con el valor agregado por el diseño, la integración y la producción local) excede significativamente el valor de la componente importada. Esa es la única cuestión relevante y la que define la discusión. La realidad contesta que sí, y ratifica la respuesta con sencillez: la industria nacional exporta estos productos de manera competitiva.

¿Cuál sería la alternativa, señor Castiglioni? ¿Importar todo y de esa manera pagar salarios calificados en otros países?

Nuestro país necesita desarrollarse tecnológicamente e industrializarse, generar empleos de calidad dándole trabajo a las empresas argentinas. Este es nuestro único camino posible como país para lograr una sociedad más justa y equitativa.

Finalmente, mientras se escribían estas líneas se abrió una gran esperanza para el sector nuclear y el país con la designación de las nuevas autoridades en NA-SA. Una conducción idónea, honesta y comprometida con el desarrollo tecnológico nacional. Celebramos esta importante decisión política.

Andrés J. Kreiner, Secretario General de APCNEAN»

Andrés Kreiner. Ddoctor en Física e investigador superior de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) donde ingresó en 1974, y del CONICET.