Cumbre Mundial del Clima: 40 líderes mundiales, promesas y geopolítica

En el primero de los dos días de la Cumbre Mundial del Clima, organizada por Estados Unidos, el presidente Joe Biden se comprometió a disminuir «a la mitad» las emisiones de gases de efecto invernadero de su país para 2030. China, el país más contaminante del planeta, anunció una reducción gradual del consumo de carbón entre el 2026 y 2030. En América Latina, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, trató de deshacerse de su imagen de villano en esta materia y prometió neutralidad de carbono hasta 2050.

“Estados Unidos está de vuelta”. Con estas palabras, el presidente Joe Biden ratificó ayer jueves 22 la reanudación de los compromisos de su país contra el cambio climático de cara al Acuerdo de País. Esto contrasta con las acciones de la Administración anterior, de Donald Trump, que retiró a Estados Unidos del pacto internacional sobre cambio climático. Ahora, Biden se trazó una meta ambiciosa: que su país alcance la neutralidad de carbono para 2050. Esto es: no emitir más dióxido de carbono del que la atmósfera puede procesar. Como primer paso para lograrlo, anunció esfuerzos para la reducción de gases de efecto invernadero entre un 50 y 52%, en comparación con los niveles de 2005, para el 2030.

«Esta es la década en la que debemos tomar decisiones que evitarán las peores consecuencias de la crisis climática», dijo el mandatario demócrata desde la Casa Blanca durante el primero de los dos días de la cumbre virtual climática que preside y en la que participan 40 países. Entre ellos los grandes productores de gases contaminantes: China, India y Rusia.

Por su parte, Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo después de China. Solo entre las dos naciones, producen casi la mitad de todo el dióxido de carbono del planeta, según el Global Carbon Atlas.

Ante este panorama, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, aplaudió el compromiso de Biden al señalar que es un “cambio de juego” que “tendrá un impacto transformador en la lucha global contra el cambio climático”.
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Los líderes europeos, incluida la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresaron su satisfacción por el regreso de Estados Unidos a la lucha climática. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de “histórico” el anuncio de Joe Biden y pidió acelerar la aplicación del Acuerdo de París, y pidió reglamentar a nivel global la fiscalidad del carbono y sus costos. «Tomar medidas por el clima significa regular y regular a nivel internacional. Si no establecemos un precio para el carbono, no habrá transición» hacia una economía verde, dijo el mandatario francés.
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China promete reducción de consumo de carbón entre 2026 y 2030

El clima ha sido uno de los puntos de discordia entre China y Estados Unidos. Sin embargo, en esta cumbre, el presidente Xi Jinping aseguró que su nación comenzará a reducir gradualmente el consumo de carbón durante el período 2026-2030, como parte de sus esfuerzos para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.

Los comentarios del mandatario chino implican que el consumo de carbón de su país, el más alto del mundo, alcanzará un pico en 2025 y comenzará a caer a partir de entonces.

El año pasado, Xi Jinping afirmó que llevaría las emisiones de su país a un pico bajo antes de 2030 y se convertiría en un territorio neutro en carbono para 2060.

Canadá y Japón aumentan la cuota a reducir de emisiones de CO2

Canadá elevó su meta y el primer ministro Justin Trudeau se comprometió a disminuir las emisiones de su país entre un 40 y 45%, por debajo de los de 2005, también para 2030, y no del 30% como tenía estipulado inicialmente en el Acuerdo de París.

Asimismo, Japón aumentó su objetivo. El primer ministro Yoshihide Suga, que visitó a Biden en la Casa Blanca este mes, apuntó a un recorte del 46% de las emisiones para 2030, frente al 26% que había anunciado.

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Se trata de una meta que según funcionarios del actual Gobierno de EE. UU. podría lograrse con los nuevos objetivos de su país sumados a los compromisos mejorados de Japón y Canadá, y los ya anunciados por la Unión Europea y el Reino Unido, los países que representan más de la mitad de la economía mundial.

«En mi opinión, la importancia de este día es que el mundo se unió», afirmó el enviado de Biden para el cambio climático, John Kerry.

Rusia promete apostar a la energía limpia

Rusia, otro de los mayores productores de gases contaminantes y en grandes discrepancias geopolíticas en la actualidad, parece en cambio mostrarse en sintonía con la mayoría de potencias en la lucha contra el calentamiento global.

El presidente Vladimir Putin aseguró que su país puede introducir condiciones preferenciales para la inversión extranjera en proyectos de energía limpia.  También propuso una investigación científica y global en esta materia.

Bajo presión, Brasil promete neutralidad de emisiones para 2050

El mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, intenta apartarse del estigma de ser un líder despreocupado por el cambio climático y en este encuentro anunció los objetivos ambientales más ambiciosos de su Gobierno.

Bolsonaro señaló que su país alcanzaría la neutralidad de emisiones de carbono para 2050, tras las exigencias de Estados Unidos. También, se comprometió a duplicar los fondos para los esfuerzos de aplicación ambiental en un aparente cambio de política, pues su Administración se alineó estrechamente con el Gobierno de Donald Trump, que no criticó la política ambiental brasileña sumergida en controversias en los últimos años, especialmente tras la deforestación y los apoteósicos incendios en la Amazonía.

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«El gobierno hace promesas totalmente vacías», dijo Marcio Astrini, director del Observatorio Climático del grupo ambiental brasileño.

Anuncios del presidente argentino en la Cumbre del Clima

Este es el texto del discurso de Alberto Fernández «Agradezco la invitación al Señor Presidente de los EEUU, y a los líderes mundiales, que en este Día de la Tierra comprometen sus esfuerzos solidarios.

Celebro que los Estados Unidos retomen esta agenda esencial para el futuro de la humanidad.

La República Argentina ha puesto la acción climática y ambiental en el centro de sus convicciones.

Como dijera proféticamente hace 50 años, el General Perón, “debemos tomar conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biósfera”. Es ahora o nunca.

En Argentina honramos el Acuerdo de París, incrementando la ambición climática.

He instruido a nuestro Gabinete Nacional de Cambio Climático para que elabore el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación, a presentarse en la COP 26 de Glasgow.

En este sentido, me complace anunciar aquí los nuevos compromisos que orientarán nuestra acción:

Elevamos nuestra Contribución Determinada Nacional un 27,7% respecto a la de 2016. Son dos puntos porcentuales adicionales, a la ya presentada en 2020.

Estos son pasos consistentes con la meta de 1,5° grados centígrados, y con la neutralidad de carbono al 2050.

Asumimos el compromiso de desarrollar el 30% de la matriz energética nacional con energías renovables.

Diseñamos un plan de medidas de eficiencia para la industria, el transporte y la construcción.

Promoveremos la adopción de tecnologías de punta para la reducción de emisiones de metano y contaminantes de vida corta.

Impulsaremos un complejo productor y exportador de hidrógeno como nuevo vector energético.

Adoptaremos medidas profundas para erradicar la deforestación ilegal, tipificándola como delito ambiental.

Enviaremos en breve a nuestro Parlamento un nuevo proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.

Y en la dimensión cultural, promoveremos el rápido tratamiento de la Ley Federal de Educación Ambiental.

Para que esta transición sea justa, y comience por los últimos para llegar a todos, necesitamos recordar lo que magistralmente nuestro querido Papa Francisco dice: “La crisis ecológica y la crisis social son dos caras del mismo problema, están unidas”.

Como bien dice Macron: necesitamos en tal sentido renovar la arquitectura financiera internacional. La agenda es clara:

Movilización de recursos concesionales y no reembolsables, canalizados a través de la banca multilateral y bilateral, con procesos ágiles y transparentes.

Pagos por servicios eco-sistémicos y canjes de deuda por acción climática.

Nueva asignación de Derechos Especiales de Girosin discriminar a los países de renta media, para mejorar nuestro medio ambiente.

Reconfiguración de los análisis que realizan las calificadoras de riesgo, para no distorsionar la realidad de nuestros países.

Y atención a los fenómenos de sobre-endeudamiento irresponsable -provocados antes de la pandemia y agravados por éste virus-, con mayor flexibilidad de plazos, tasas y condiciones.

En síntesis: Aspiro a que en esta Cumbre nazca un nuevo camino. Es la hora histórica de soñar juntos.

Convoco desde aquí a mis queridos colegas de América Latina y el Caribe, para que también coordinemos medidas regionales y solidarias.

Nos están mirando las nuevas generaciones. El tiempo de las dudas terminó. Nadie se salva solo.

Transitemos, unidos, el tiempo de la justicia social, financiera y ambiental.»

Observación de AgendAR:

La frase de Biden, “Estados Unidos está de vuelta”, es un resumen tan claro de su agenda política, como «Hacer a Estados Unidos grande otra vez» era de la de Trump. Ahora, ningún presidente, de EE.UU. o de otro país, puede hacer retroceder el tiempo. La tercera década de este siglo será distinta a las anteriores, porque las esas décadas produjeron el mundo actual.

Pero corresponde hacer notar que Joe Biden produjo un diplomático significativo: logró que Xi Jinping, Vladimir Putin y, seguramente con menos esfuerzo, los líderes de la Unión Europea entonaran el mismo discurso en un tema global si los hay.

Seamos realistas: ni Fernández ni Bolsonaro, ni, para el caso, López Obrador, estaban en condiciones de desentonar, aún si lo hubiesen querido.

Pero debemos tener presente algo que AgendAR ha señalado en otras ocasiones: si la lucha contra el calentamiento global se va a dar en serio y se reducirá la emisión de carbono -es decir, si las Grandes Potencias están dispuestas a esforzarse en esa dirección- las instituciones y los controles globales serán fortalecidos. Si es así, la globalización financiera, hoy cuestionada, será reemplazada por otro tipo de globalización.

 

VIAFrance 24